Los números de agosto muestran incrementos en los volúmenes ingresados al país de prendas de vestir cercanos al 300%
La industria de las prendas de vestir, en Argentina, atraviesa una temporada de contrastes inéditos. Los negocios textiles, que durante años observaron el vaivén del dólar y el pulso del mercado interno, ahora enfrentan una oleada de productos extranjeros que se exhiben en las vidrieras de grandes cadenas y tiendas de barrio, mientras las marcas nacionales luchan por encontrar espacio fuera de fronteras.
La llegada masiva de prendas importadas, pone a prueba la estructura comercial y la capacidad de adaptación del sector, que ve multiplicarse las opciones en el mercado local al mismo tiempo que disminuyen las oportunidades para los productos argentinos en el exterior.
Un informe de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), elaborado a partir de registros de INDEC, analizó el comportamiento de las importaciones y exportaciones del sector en los primeros ocho meses del año, identificando tendencias y cambios estructurales en la dinámica económica nacional.
El principal dato informó que las importaciones de prendas de vestir alcanzaron los USD 421 millones durante los primeros ocho meses de 2025, el doble que en el mismo lapso de 2024. Esta cifra ilustró un crecimiento marcado en el flujo de productos desde el exterior, acompañada de un aumento en el volumen de toneladas ingresadas.
El sector registró 22.839 toneladas importadas, cifra que supuso un aumento interanual del 146% y superó todos los registros disponibles desde 2018 para el mismo segmento de tiempo. Desde la CIAI destacaron estos valores como “máximos para un período enero-agosto de los últimos siete años”, sosteniendo que las importaciones ganaron protagonismo en la estructura sectorial.
Procedencia de la ropa extranjera
El informe de la CIAI precisó los orígenes más relevantes de las prendas importadas. China encabezó el listado, con el 43% del valor total, consolidando su posición como proveedor líder. Vietnam y Camboya siguieron en el ranking, con incrementos considerables en cantidades y precios promedio.
Según la entidad fabrl, los valores unitarios de las prendas provenientes de Asia permanecieron bajos en comparación con proveedores de otras regiones. El precio promedio por prenda importada marcó USD 18,4, un 18% menos que un año antes. Las compras originadas en China mostraron un precio de USD 12,8 por unidad, 20% menos que en 2024. Esta variación evidenció una tendencia hacia productos de costo más bajo.