Los ministros arrancan los últimos 100 metros de la carrera por las candidaturas con un plan de “unidad”, pero ambos aspiran al mismo premio: la postulación presidencial. Kicillof, el otro miembro de la tríada electoral de CFK, estuvo ayer con el titular de Hacienda, y mañana recibirá al jefe de Interior
Eduardo “Wado” De Pedro y Sergio Massa se mostraron juntos en contadas ocasiones durante los primeros tres años del gobierno del Frente de Todos. Cuando el primero estaba en la planta baja de la Casa de Gobierno y el segundo en la Presidencia del Congreso, la distancia parecía natural. Pero también después de que el tigrense se sumara al Gabinete siguieron caminos paralelos, al menos en público. Hasta 2023, cuando sus carriles empezaron a cruzarse; no por coincidencia, sino por el conflicto, subterráneo pero creciente, entre sus respectivas ambiciones presidenciales.
Entre los ministros se generaron algunos ruidos en los últimos meses. Por caso, cuando trascendió que el jefe de Interior estaba dispuesto a bajarse de la carrera por el premio mayor y acompañar a su par de Economía en una fórmula presidencial, cerca del ministro político negaron a rajatabla la versión, y respondieron con encuestas que mostraban a su líder más competitivo de lo que se asumía.
Un mes antes del cierre de listas, esas tensiones recurrentes fueron sofocadas. Y no sólo eso. Wado y Massa, que se encuentran en privado ocasionalmente, decidieron exagerar su sintonía con una muestra de unidad, que tuvo su primera expresión en el acto de Cristina Kirchner en la Plaza de Mayo, el jueves, y que siguió en una inauguración conjunta, el sábado. En Mercedes, la ciudad natal de De Pedro, donde vive su familia y donde pasa todos sus fines de semana, con la excusa de la puesta en marcha del tramo de un tren, se turnaron para hablar con mutuos elogios e, incluso, abrazos. “Poco importan los cargos”, dijo Massa, en una exhibición de generosidad. “(Sergio) agarró una papa caliente”, le reconoció Wado, citando a Cristina Kirchner.
El acercamiento busca contener la pelea subyacente por la candidatura presiencial que ambos buscan con creciente ímpetu y cuya resolución, más allá de la tregua circunstancial, es un misterio para toda la dirigencia. Terminaron de delinear ese pacto el jueves, antes y después de la discurso de Cristina Kirchner donde se pararon a la par, junto a la jefa K, en la puesta en escena más relevante de los últimos años.
La decisión final sobre quién se llevará la nominacion para competir por la Presidencia, apuntan en ambos espacios, no dependerá solamente en la lapicera de la vicepresidenta. También tallarán los gobernadores, que se reúnen el 11 de junio en el CFI para deliberar sobre los apoyos a los candidatos nacionales; y la percepción de los votantes, que se medirán en encuestas que mandarán a hacer cerca de la fecha de presentación de candidatos, prevista para el 24 de junio en el calendario electoral.
Cuando le preguntan si estaría dispuesto a conformarse con liderar la boleta de Senadores, o acompañar en la fórmula como vice, Massa suele responder con evasivas, pero en su entorno no dudan en responder con una negativa. Mientras que De Pedro, cuidadoso, se resiste a adelantarse al escenario de disputa abierta que -probablemente- se planteará dentro de cuatro semanas. “Falta mucho, lo importante es que el frente se está ordenando”, rehúyen quienes frecuentan su despacho en la planta baja de la Casa de Gobierno.
Además de sus ambiciones políticas, los distancia la postura sobre las PASO. El mercedino se encargó de decir muchas veces que ve con buenos ojos una competencia interna, inclusive a contramano de sus compañeros de La Cámpora. Pero en el massismo aseguran que los vehementes discursos de Massa pidiendo que haya un candidato de acuerdo no fueron contra “Wado”, sino contra el Presidente.
“El antagonista de Sergio en ese tema Alberto. Wado no salió de entrada a plantear las PASO. Y ahora eso se va a ordenar”, dijeron en el Ministerio de Economía, y recordaron que el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, mano derecha del jefe de Estado, acompañará hoy a Massa a su viaje a Beijing, para buscar dólares que fortalezcan al Banco Central. En el mismo avión estará el jefe de La Cámpora, Máximo Kirchner, uno de los principales detractores del mecanismo de las internas. “Van a hablar de esos temas. Y si no se soluciona, iremos a la PASO con Gustavo Sáenz”, amenazaron en el massismo.
El gobernador de Salta es la figurita que suele sacar Massa cuando el albertismo propone la “democratización del peronismo”, un plan que considera peligroso porque, dice, podría dejar en tercer lugar al candidato del Frente de Todos, sea quien fuera. Y que pondría en jaque, agrega, su capacidad para manejar la crisis económica. Justamente, la otra advertencia del ministro es que podría decidir correrse de su cargo si no le dieran los apoyos suficientes para gestionar lo que denomina como “proceso de estabilización”.