Se conocieron imagenes de como el ex Intendente capitalino dejó la Asistencia Pública, imagenes impactantes, parece de una película de terror. Fotos que entristecen a los tucumanos.
No hay peor castigo para un político que el olvido de la gente. Fue una de las gestiones más desastrosa de la ciudad de San Miguel de Tucumán
Ocho años de gestión en una de las ciudades más importante del país. Los primeros cuatro, gestionó con un gobierno nacional afín. Sin embargo, lo que deja el señor Alfaro es una ciudad destruida, arrasada, sucia, desordenada, anárquica, no inclusiva, con un transporte público (colectivos y taxis) compatible con el siglo XIX.
Calles totalmente destruidas y semáforos (donde los hay) sin funcionar, que no solo es una cuestión estética sino un peligro para la vida del ciudadano.
Más que forestar, hizo una deforestación. No hay sector que uno pueda rescatar de una de las peores gestiones que pasó por San Miguel de Tucumán. Dejó destruido y cerrado un edificio emblemático como la asistencia pública. Cero en salud, cero en educación.
Para algunos fanáticos del pronto ex intendente capitalino (si es que existen) dirán que amplió las veredas del microcentro tucumano, remodeló la Plaza Independencia (muy cuestionada por la mayoría de los ciudadanos), mejoró la zona del Provincial (por Av. Roca) y, al menos este editor, no tiene mucho más para destacar.
Se jacta en decir que estuvo “27 años ininterrumpidos” en la función pública. ¿Cuál será su legado?.
Dice que quedará en el llano y que no busca un cargo público. Pasó por el peronismo, fundó su propio partido e integró Juntos por el Cambio, que ahora parece renegar.
Adiós Germán Alfaro, estaría bueno que ahora se dedique a la actividad privada y se olvide de lo público. Aunque los políticos tienen una capacidad increíble de reinvertirse y seguir viviendo del Estado.
No hay peor castigo para un político que el olvido de la gente.
