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La víctima deja huérfanos a cuatro hijos

Una mujer, de 34 años y madre de cuatro hijos, fue asesinada brutalmente a puñaladas en su casa del partido bonaerense de Berazategui. Por el femicidio detuvieron a su concubino, quien llamó él mismo a la policía para alertar sobre lo ocurrido.

El salvaje episodio se produjo este domingo a la madrugada, en la vivienda que María Luisa Belén Muñoz residía junto al ahora imputado y padre de un niño de tres años en común, Alejandro Albornoz.

De acuerdo a la reconstrucción efectuada por los investigadores, todo comenzó cuando la víctima regresó de la casa de una prima, donde se habían juntado a jugar al bingo con su hermana, quien vive en el mismo terreno que ella, pero en la parte delantera. “Me voy a bañar y me acuesto”, le dijo María Luisa antes de despedirse.

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Minutos después, la hermana de la víctima comenzó a escuchar gritos de auxilio y alaridos provenientes de su domicilio. “¡Ale, no!”, imploraban.

De inmediato, la mujer fue hasta la casa del fondo para ver qué pasaba. Como no pudo entrar, intentó contactar a María Luisa por teléfono. Ante la no respuesta con su hermana, decidió establecer comunicación con su cuñado. “Ahora no puedo atenderte, se me acabó el tiempo”, le escribió Albornoz quien, finalmente, terminó llamando al 911 para confesar el crimen.

Al ingresar al domicilio, donde se encontraba la hija de 12 años de la mujer, la policía fue hasta el baño y encontró una escena “terrorífica”.

La víctima estaba muerta en la bañera y con múltiples heridas de arma blanca”, dijeron. Tras entrevistarse con Albornoz, los efectivos detectaron que el hombre se había cambiado la ropa ensangrentada y la había escondido, junto a la navaja utilizada para matar a la mujer, en un cuarto del fondo, donde acumulaba distintos objetos.

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Hubo que revolver bastante para encontrar todo”, agregaron las mismas fuentes. Más tarde, la autopsia al cuerpo de la víctima determinó que presentaba 24 heridas de arma blanca, la mayoría en la zona del tórax e, incluso, defensivas, en los miembros superiores.

Según relatos de los familiares, se desprendió que Albornoz y Muñoz tenían una relación “violenta” que, al comienzo de la convivencia, en 2020, era más bien “psicológica”.

Él la aisló de toda su familia. Sin embargo, a través de la Iglesia, ella pudo comenzar a vincularse nuevamente con sus afectos y, en julio pasado, arrancó a trabajar”, explicaron fuentes del caso. A pesar de ello, la mujer nunca lo denunció. “Ella ya había denunciado a su pareja anterior y padre de sus otros tres hijos y no quiso volver a hacerlo”, agregaron las mismas fuentes.

En noviembre pasado, Muñoz le había pedido a su concubino que se fuera de la casa que compartían. Albornoz le pidió un tiempo: como había sido denunciado por violencia doméstica por su propia madre, el hombre no tenía adónde ir. “Aunque él la ‘psicopateaba’ con eso, ella estaba convencida de que podía manejarlo y que, tarde o temprano, se iba a terminar yendo”, explicó uno de los investigadores.

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María Luisa Belén Muñoz había cumplido los 34 años el pasado 23 de enero. Tras su brutal asesinato, cuatro chicos de entre 12 y 3 años quedaron huérfanos.

Mañana, el fiscal Ichazo indagará a Albornoz, acusado del delito de “femicidio”.

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