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Lo trasladaron a un hospital pero no pudieron reanimarlo. Algo parecido había sucedido, en Tucumán, semanas atrás

Tiago Cricenti tenía 16 años. Sintió un dolor en el pecho y se desmayó en el campo de juego de la cancha de Defensores de Cambaceres, en Ensenada. Disputaba un partido de la séptima división de las inferiores, cuando se descompuso, vomitó y cayó al suelo. El adolescente fue asistido por médicos y llevado en un auto particular al Hospital Horacio Cestino, donde murió.

Voceros de ese centro de salud relataron que fue atendido por personal de la sala de emergencias durante varios minutos y se le realizaron maniobras de reanimación, pero no lograron salvarlo.

Si bien este lunes se le realizará la autopsia, hasta el momento la causa fue caratulada como “averiguación causales de muerte” y es instruida por la UFI N° 11 del Departamento Judicial de La Plata.

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El estadio 12 de octubre era escenario del duelo del local frente a General Lamadrid y disputaban los segundos 45 minutos cuando ocurrió la descompensación del joven de 16 años.

“El progreso lo noto, mañana seré un genio, pero hoy soy un loco, loco que tiene un sueño”, es la frase que acompaña las imágenes de él jugando y otras de Estudiantes de La Plata y el seleccionado argentino, donde aspiraba llegar. Fue un posteo de Tiago, en diciembre pasado en su red social Instagram.

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