Ningún político, ya sea peronista o radical, se hace cargo de la decadencia de una provincia postergada
A pocas semanas de las elecciones provinciales, donde habrá recambio de todas las autoridades de la provincia, los candidatos están más preocupados por vender una realidad que no existe, y prometer lo mismo que nunca pudieron cumplir.
Tucumán es una aldea, más parecida a Chaco o Formosa que a Córdoba o Mendoza.
No hace falta recorrer el interior de la provincia para ver la pobreza más extrema, basta con ver San Miguel de Tucumán para darse cuenta que se vive en una decadencia absoluta. Aguas cloacales en cualquier esquina del barrio que se elija. Basura acumulada por doquier, incluída la zona céntrica. Semáforos que no funcionan. Si hay pavimento, se observan cráteres cada dos metros. Absoluta desobediencia a las normas básicas de convivencia. Motos y autos que pasan semáforos en rojo. Motos con tres o cuatro personas (incluídos niños o bebés) y circulando ¡sin cascos!. Automovilistas sin cinturón de seguridad y hablando por celular mientras conducen.
¿Policías?, sí, en las esquinas del micro o macrocentro. ¿Controlando?, sí, su celular. ¿Para que están los policías en las calles?. No controlan el tránsito. No controlan a los que violan las normas de educación vial. Si hay alguna discusión en la calle, solo se dedican a observar. En sus caras pasan autos con seis o siete personas dentro y tomando alcohol. ¿Los controlan?, no. Entonces, ¿para qué sirven los policías en las calles?.
La provincia ahora está explotada de dengue, casi 5000 casos. Uno de los motivos de la proliferación de esta enfermedad es la inmundicia en las calles y en ciertas casas. ¿Alguien se hace cargo de la limpieza de las calles?, no. La municipalidad culpa al gobierno y viceversa. Las cloacas, culpa de la SAT. Ahora. ¿quién controla a la SAT?, nadie. ¿Es nuevo el problema del agua y de las cloacas?, no, es viejísimo.
Entonces hay que preguntarse: ¿a quién quieren engañar todos estos candidatos que ofrecen el oro y el moro a los tucumanos?. Los mismos que se presentan hoy, gobiernan hace muchos años. Lo que no hicieron antes menos podrán hacerlo después de las elecciones. ESTO VA TANTO PARA PERONISTAS COMO PARA RADICALES. NADIE SE SALVA.
¿Será que habrá que votar al menos malo?. ¡Que triste Tucumán!.
