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La historia es así: los gremialistas amenazan con paro, los empresarios dicen que no tienen plata y el Gobierno termina poniendo los billetes para evitar la huelga. Quieren ganar como los choferes de AMBA

La Unión de Tranviarios Automotor (UTA), de Tucumán, derivó en una manifestación -frente a la sede de la Cámara de Empresarios del Transporte AETAT- de la que participaron delegados unas 80 empresas de ómnibus que operan en la provincia. A pesar de la protesta, no hubo acuerdo con AETAT y se pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo lunes.

El sindicato, liderado por César González, busca que los trabajadores perciban un incremento en sus haberes en línea con el otorgado en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

Si bien no recibieron una respuesta favorable, los representantes gremiales apuestan a que en el encuentro del lunes, finalmente, los empresarios eleven una oferta acorde a sus expectativas. De hecho, en esa jornada, cerca de las 18 horas, se llevará adelante una reunión de delegados de UTA. “Si no hay soluciones, veremos cuáles son los pasos a seguir”, afirmó González.

El vicepresidente de AETAT, Jorge Berretta, descartó que sea sostenible un incremento como el que pretenden los choferes. “Es muy difícil comparar la situación en el AMBA con el interior del país”. Y anticipó que la próxima semana se elevará a UTA de Tucumán una propuesta formal “en la medida de lo posible, hasta donde nos alcance”.

“Tucumán está haciendo un gran sacrificio para que más de 600.000 ciudadanos puedan trasladarse a diario”, comentó el gobernador con respecto al conflicto entre UTA y AETAT.

Además, Jaldo aclaró que la Provincia está brindando todo el apoyo posible para el sostenimiento del sector. “El acuerdo sobre los salarios debe ser resuelto entre empleadores y empleados. Los recursos, en última instancia, deben provenir de los empleadores”.

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