En pleno Siglo XXI, y en la era de la Inteligencia Artificial, en Tucumán se sigue discutiendo el transporte tracción a sangre. El Gobierno tiene que tener la suficiente voluntad -y no pensar en lo electoral- para terminar de cuajo con esa práctica ancestral. Hay una Ley provincial y una presentación municipal para transformar los carros tirados con caballos por motocarros u otro medio de movilidad
Ceder a la presión patotera no es propio de un Gobierno serio. Carreros autoconvocados se concentraron en la Plaza Independencia, a la espera de un posible acuerdo con autoridades de la provincia, para evitar los secuestros de animales en distintos controles.
Este sector había concretado, el viernes pasado, cortes en distintos puntos, como los puentes Lucas Córdoba y de San Cayetano (San Miguel de Tucumán) y en la ruta 315, en la zona de Cebil Redondo, para reclamar en contra de los procedimientos policiales. Los manifestantes levantaron la medida ante el compromiso de la Casa de Gobierno: el lunes se concretaría una reunión para elevar la demanda.
Los representantes de los carreros ingresaron esta mañana a Casa de Gobierno para una reunión con representantes del Poder Ejecutivo (PE). Fueron acompañados por un centenar de trabajadores, que se ubicaron en la Plaza para esperar novedades.
En la concentración, los manifestantes no descartaron nuevos cortes en caso de no llegar a un acuerdo.
“Trabajamos en ladrillera, transportamos ripio, cartón. Además, cargan verduras en el Mercofrut para vender”, explicaron.
El Gobierno debe acompañar a estos trabajadores en la suplantación de los carros por otro medio de movilidad, pero no ceder para que continúen con el maltrato animal.
