A partir de la denuncia pública de una joven, de 18 años, de haber sido víctima de un intento de secuestro y abuso en la localidad de Ranchillos, bajo la modalidad de engaño laboral, abrió sospechas sobre el accionar de una posible red de trata de personas con fines de explotación sexual en la provincia
Más víctimas se animaron a hablar
A partir de este testimonio, dos chicas más se animaron a denunciar que vivieron situaciones similares con el mismo modus operandi. Las tres víctimas anunciaron que se presentarán en la Justicia para dar testimonio.
Según relató una de las víctimas, una joven identificada como Flor le ofreció un supuesto trabajo de vigilancia en un predio de la zona. El encuentro fue pactado en la Terminal de Ómnibus de San Miguel de Tucumán, donde la esperaba un hombre llamado Alexis, quien se presentó como el empleador. Tras abordar un colectivo hacia Ranchillos, en lugar de llegar a un predio de seguridad, fue trasladada a un descampado con una vivienda precaria donde se encontraba Miguel, hermano de Alexis. Allí, en presencia de Flor, ambos hombres intentaron abusarla.
En un descuido, los tres presuntos captores se quedaron dormidos. Sin batería en su celular, la víctima logró desbloquear el teléfono de uno de ellos y enviar su ubicación a familiares, quienes llegaron al lugar y consiguieron rescatarla.
Tras el escape, la joven intentó radicar la denuncia en la Comisaría 13, pero aseguró que los efectivos se negaron a tomarle declaración. Finalmente, pudo formalizarla en la Brigada de Investigaciones, aunque la familia sostiene que aún no recibió copia oficial ni notificación.
Preocupación social
El caso generó un fuerte repudio de organizaciones sociales, que advirtieron sobre la falta de respuestas rápidas por parte de las autoridades policiales y remarcaron la desprotección que sufren las jóvenes frente a posibles redes de trata en la provincia.
