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Algo tan natural, fisiológico y sano, como los gases humanos, está demonizado por la sociedad y es un motivo de discusión en la pareja. ¿Gases sí o no delante de tu pareja?

Los gases humanos constituyen una situación vergonzante. Quizás por su ruido y…. olor. Es obvio que, por una cuestión de educación y buen gusto, tirarse un gas es algo que debe hacerse en la privacidad. Imaginense tirarse uno en el cine, en el teatro, en una conferencia, o una clase, no queda uno a nuestro lado. Algunos se reirán y otros querrán ser eyectados a la estratósfera.

Sin embargo, vivir en pareja, la cosa cambia. Estar en casa, en la cama, o incluso en el baño junto al novio, novia, marido o mujer y no das más por tirarte un gas, ¿qué hacés?. Quizás al principio corras al balcón o al patio a descargar el gas, o si estás en la cama te aguantes tanto que tu panza parezca un globo. Pero, un día dices ¡basta!, no aguanto más y lanzas el primero. ¿Cómo reaccionará tu pareja?.

Un nuevo estudio sugiere que tirarse gases, frente a la pareja, puede ser indicativo de una relación más sana y feliz. Investigadores de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, han descubierto que este acto, lejos de ser perjudicial, podría fortalecer la confianza y la aceptación mutua entre las parejas.

La investigación, que contó con la participación de 129 parejas, reveló que aquellos que se sienten cómodos compartiendo momentos tan íntimos como tirarse gases, tienden a reportar una mayor satisfacción en su relación. Además, el 25.2% de los encuestados indicó que comenzaron a sentirse cómodos con este acto después de los primeros seis meses, lo que sugiere que es un indicativo de intimidad y confianza.

Esta nueva perspectiva sobre un tema tan cotidiano como los gases promueve una actitud más abierta y desinhibida dentro de las relaciones, lo que podría alentar a las parejas a compartir otros aspectos de sus vidas que habitualmente podrían ocultar por vergüenza o incomodidad. Al fomentar un ambiente donde ambos se sientan seguros y aceptados en su totalidad, se establece una mayor conexión emocional y se reducen los estigmas asociados con los procesos naturales del cuerpo. Este enfoque más humano y realista hacia las relaciones podría ser clave para desarrollar vínculos más profundos y duraderos.

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