En medio de un fuerte operativo de seguridad, la colombiana aterrizó junto a Sasha, Milán y su ex cuñado, Aíto De la Rúa, para los shows de “Las Mujeres Ya No Lloran Tour”
La noche avanzaba y las luces del Aeropuerto de Buenos Aires proyectaban una tensión especial. Pasadas las 23:30 del domingo, el rumor se confirmó: Shakira había llegado a la Argentina, envuelta en la discreta euforia de quienes saben que las próximas horas marcarán un hito.
La artista colombiana, radiante tras la ventanilla del avión, descendió cautelosa junto con sus hijos, Sasha y Milan. ¿Cuántos fans soñaron con ese momento desde que supieron que el cierre latinoamericano de Las Mujeres Ya No Lloran Tour tendría a la Argentina como destino de su último escenario en la región?
El viaje desde Punta del Este no fue el ideal, con una demora de tres horas, y dos horas en marcha el avión, debió subir en pista junto con sus hijos. Y a su llegada a la Argentina, terminó ante una escena de seguridad inédita: seis motos de policía y tres camionetas blindadas formaron un cordón que solo atraviesan las figuras a las que millones miran con fascinación. La cantante colombiana, con la naturalidad de quien conoce las reglas de la atención mundial, llevó a Sasha y Milan al resguardo del vehículo blindado, apretando su mano sobre el hombro de uno, dedicando el gesto dulce de una madre que protege su mundo más íntimo.
De pronto, en medio del protocolo y la prisa, la sonrisa: la artista giró brevemente hacia una multitud expectante. Olas de fanáticos gritaban, estiraban brazos, se aferraban a sus cámaras y sus sueños. Desde la ventanilla, Shakira saludó con la mano, sonriendo, un gesto fugaz que para muchos fue la recompensa de horas de espera en medio de la noche. Los hijos, atentos al vaivén del entorno, supieron —quizás por centésima vez— que la normalidad para ellos implica escoltas blindadas y el clamor de extraños con lágrimas de alegría.
La artista colombiana eligió Argentina como escenario para el cierre de una gira regional en una etapa marcada por logros extraordinarios. Serán cinco recitales (lunes 8, martes 9 y jueves 11 de diciembre en el Estadio de Vélez en Buenos Aires, y sábado 13 y domingo 14 de diciembre en el Estadio Kempes de Córdoba) antes de terminar el año con tres presentaciones en Hollywood, Florida, el 27, 28 y 29 de diciembre.
El reencuentro con el público local representa mucho más que una escala en sus shows: “¡Estoy aquí, Latinoamérica!¡ Antes de Europa y Asia es una alegría volver a casa! Vuelvo para reencontrarme con ustedes, con los abrazos que quedaron pendientes y las canciones que faltan por cantar juntos”, escribió en una publicación que generó una ola de entusiasmo entre fanáticos de todas las edades.
El impacto de la gira actual se refleja en cifras que la consolidan como una de las figuras más relevantes de la música global. Según Billboard Boxscore, la artista ocupa el segundo puesto en el Top 10 mundial de las giras más taquilleras de 2025, superando a nombres como Paul McCartney y Bruno Mars. Además, es la única latina en ese selecto grupo.
Con información de Sebastián Volterri
