Sin solidez defensiva ni variantes ofensivas, el “Santo” solo dejó dudas
El “Santo” no logró desarrollar una identidad de juego: ni se hizo fuerte en el contragolpe ni apostó decididamente por la posesión. Muchos de los triunfos fueron consecuencia de aislados destellos individuales más que de una idea colectiva, auténticos “accidentes futbolísticos”.
La despedida del equipo de Mariano Campodónico como local no fue la excepción. San Martín volvió a mostrar un rendimiento opaco y apenas rescató un empate 1-1 frente a Quilmes, un rival sin objetivos, que solo cumplía con el calendario. La igualdad, que en los papeles le aseguró el ingreso al Reducido, dejó más dudas que certezas de cara al gran desafío en la recta final del año.
Frente al “Cervecero”, Campodónico ensayó un 4-3-1-2 con Juan Cuevas como enganche. En los primeros minutos, el “Santo” manejó la pelota y adelantó las líneas con la intención de mostrarse protagonista. Sin embargo, cuando un equipo sin orden arriesga de más, queda expuesto y lo paga caro. Quilmes, con muy poco, logró abrir el marcador: Marcos Roseti jugó corto un córner con Gabriel Carabajal y este habilitó a Federico Pérez, que sacó un remate potente desde el borde del área y puso el 1-0 visitante.
Ese gol obligó a San Martín a buscar la igualdad. La necesidad era clara: al menos un punto lo clasificaba al Reducido. El empate llegó, aunque en una acción cargada de polémica: Gabriel Aranda derribó a Franco García en la puerta del área, pero el árbitro sancionó penal. Darío Sand ejecutó con precisión y puso el 1-1.
En el segundo tiempo, San Martín intentó ir por la victoria, pero careció de convicción. Tiago Peñalba y Gustavo Abregú tuvieron chances claras de cabeza, aunque sin efectividad. Los cambios de Campodónico –Matías García, Aaron Spetale, Gabriel Hachen, Axel Bordón y Gonzalo Rodríguez– no lograron darle frescura al equipo. La imagen final fue la de un conjunto sin ideas y sin variantes. Lo más preocupante es que dejó pasar la oportunidad de asegurarse el tercer puesto en la zona, lo que significaba llegar al Reducido con ventaja deportiva. Ahora está obligado a vencer a San Miguel, en Los Polvorines, para no hipotecar sus chances.