Prohibido retroceder, prohibido olvidar

Tucumanos: no olvidemos. No olvidemos la plata que se evaporó, las promesas incumplidas, las rutas sin terminar, las obras fantasmas. No olvidemos los nombres ni los rostros de quienes gobernaron mientras la provincia se hundía. El futuro exige memoria

Por SIN CODIGO

En tiempos de incertidumbre, hay algo que los argentinos no pueden permitirse: perder la memoria. Olvidar quiénes nos trajeron hasta este punto sería un acto suicida. Porque el olvido no es inocente: es la mejor aliada de quienes lucraron con la pobreza, administraron la miseria y utilizaron al Estado como botín partidario. Y si hay una provincia que lo sabe en carne propia, esa es Tucumán.

Cuando el Gobierno de Javier Milei asumió, encontró un país al borde del colapso: una economía destrozada, una inflación que rozaba lo hiperinflacionario (211,4% interanual en 2023), reservas vacías, un Estado sobredimensionado y una red de corrupción que se extendía por todos los rincones de la administración pública. ¿Quién lo dejó así? El kirchnerismo, disfrazado de progresismo, pero estructurado como una corporación mafiosa que durante dos décadas manejó el Estado como propio.

Los “gerentes de la pobreza” -muchos con despacho oficial y organizaciones “sociales” como fachada- se enriquecieron controlando la asistencia estatal. Le daban migajas a los más vulnerables mientras se quedaban con el grueso de los recursos. Y a cambio, exigían presencia en marchas, piquetes y actos. Era el chantaje como forma de gobernar. Nunca olvidar que el populismo/kirchnerismo “crea” pobres para hacerlos dependientes de “limosnas”.

En paralelo, la obra pública se convirtió en el mayor robo institucionalizado. Millones de dólares transferidos para hacer viviendas que jamás se construyeron, rutas que nunca existieron, escuelas que quedaron en papeles. ¿Y Tucumán? La historia es aún más escandalosa. ¿O ya nos olvidamos del “Centro Cívico” que iba a ser emblema de modernidad? Millones de dólares pagados al estudio Pelli y ni un ladrillo en pie. ¿Y la nueva traza de la Ruta 38? Se prometió una autopista, se hizo una ruta de dos carriles. ¿Y la autopista Tucumán-Termas de Río Hondo? Se transfirieron fondos millonarios… y no se hizo absolutamente nada.

Año tras año, desde el Gobierno Nacional se enviaban miles de millones a Tucumán. Y año tras año, esa plata fue desviada a alimentar una maquinaria política obesa, ineficiente y corrupta. Mientras tanto, las rutas siguen siendo trampas mortales, las cloacas colapsan con cada lluvia, y las obras para mitigar las inundaciones siguen esperando. Décadas de peronismo con el poder absoluto no alcanzaron ni para asfaltar correctamente los caminos. Pero sí alcanzaron para enriquecer a una clase política que vive como aristócratas mientras el pueblo sobrevive.

Y ahora se rasgan las vestiduras porque “no hay plata para obra pública”. No hay plata, no. Pero no porque el Gobierno actual no quiera invertir, sino porque durante años se la robaron toda.

Mientras tanto, en menos de dos años de Gobierno, Javier Milei inició un proceso que a Margaret Thatcher -en el Reino Unido- le tomó más de una década: recortar privilegios, ordenar las cuentas públicas, enfrentar a las mafias del Estado y empezar a construir un país viable. Claro, eso incomoda. A los medios de siempre, a los empresarios prebendarios, a los sindicatos que viven del apriete, y a los políticos que añoran el viejo sistema porque allí eran reyes.

Por eso la campaña de desgaste -a la Administración Nacional- es feroz. Porque si Milei tiene éxito, ellos no vuelven más. Y lo saben. Pero el ciudadano común, el que se levanta a trabajar, el que no vive del Estado ni de la política, tiene que pensar en su propio futuro. Su suerte está atada a que la inflación desaparezca, a que la economía crezca, a que el esfuerzo tenga recompensa. Cosas que, durante años, fueron imposibles bajo el modelo populista y clientelar.

No nos salvamos solos, pero tampoco nos salva el relato populista. El que hoy levanta la voz contra los ajustes fue cómplice del saqueo. El que hoy se victimiza porque no hay fondos, ayer se enriqueció con ellos.

Tucumanos: no olvidemos. No olvidemos la plata que se evaporó, las promesas incumplidas, las rutas sin terminar, las obras fantasmas. No olvidemos los nombres ni los rostros de quienes gobernaron mientras la provincia se hundía. El futuro exige memoria.

Prohibido retroceder. Prohibido olvidar.

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