Cada 27 de enero se recuerda la masacre con el fin de No Olvidar
En Auschwitz, fueron asesinados más de 232.000 niños.
Imágenes de cuerpos famélicos hacinados en barracas, niños de miradas perdidas, números tatuados en el antebrazo -como toda forma de identidad- y montañas de cadáveres, fueron parte del testimonio gráfico de la deshumanización al que accedió el mundo tras la liberación de los campos de concentración nazis por las tropas aliadas, en los estertores de la II Guerra Mundial.
Se estima que por Auschwitz-Birkenau, uno de los mayores sitios de exterminio del nazismo, pasaron 1,3 millones de personas, de las cuales 1,1 millones fueron asesinadas. La cifra, que abruma, se queda corta si listamos a las víctimas de Buchenwald, Dachau, Lublin, Treblinka, Ravensbrück o Mauthausen, entre otros, donde murieron 11 millones de personas, entre ellos 6 millones de judíos.
