Cuándo hacerlo y cómo obtener mejores resultados
Desde hace años se realiza la práctica de poner los pies en agua tibia con sal, sin saber con certeza cuál es el objetivo.
Remojar los pies con sal (marina o gruesa) puede ser un ritual relajante, pero no es una solución mágica para los problemas ortopédicos. Más allá de liberar tensiones y aliviar el estrés acumulado durante el día, se pueden obtener muchas mejoras y beneficios a la hora de cuidar la salud.
Si no hay una causa que requiera intervención de un especialista, se puede recurrir a una solución antiinflamatoria de origen natural como es el agua con sal para los pies. Qué puede ocasionar inflamación de los pies: uso de medias demasiadas ajustadas; uso de tacones altos; malas posturas al caminar o hacer ejercicios; ser sedentario, tener sobrepeso u obesidad; consumir demasiada sal y azúcar; tener enfermedades autoinmunitarias; tener diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia; sufrir lesiones o infecciones en los pies y piernas; cambios hormonales.
EL agua tibia con sal se usa para disminuir la hinchazón y el cansancio de los pies, debido a que contiene nutrientes que estimulan la relajación de los músculos. Minerales de la sal: se absorben con facilidad a través de la piel, brindando una fuerte sensación de alivio ante problemas inflamatorios y circulatorios. Refresca y revitaliza: ideal para después de una larga y agotadora jornada. Aliado contra las callosidades y hongos: es porque justamente se trata de factores que pueden deteriorar la salud de los pies. Exfoliante: la sal tiene esta propiedad que remueve las células muertas para conservar la piel suave. Efecto contra el estrés: la combinación de agua tibia y sal reduce la tensión muscular y alivia tensiones. Menos dolor: disminuye la sensación de dolor cuando la hinchazón está causada por una lesión.
Siempre, ante cualquier problema de salud, consultar al profesional de la salud.
