Cristina Kirchner acusó de traidor a Axel Kicillof y el peronismo quedó al borde de un quiebre histórico
La interna del Partido Justicialista no para de crecer. A la disputa entre Cristina Kirchner y Ricardo Quintela por la presidencia del partido nacional se le sumó, en las últimas horas, las duras críticas de la ex mandataria hacia quien hasta no hace mucho tiempo era su “hijo político”: Axel Kicillof. Cristina tildó al gobernador bonaerense de “traidor”.
“Ahora va a tener que jugar a fondo. Es ahora. Ya está todo dicho”. Un dirigente bonaerense de largo recorrido construyó esa oración un par de horas después de leer lo que Cristina Kirchner había dicho en el sindicato de SMATA en la mañana del viernes, cuando le apuntó a Axel Kicillof sin filtros. Lo trató de traidor sin decir esa palabra. Recordó a Judas Iscariote. La biblia como retrato del presente.
En el grupo que rodea a Kicillof estaban sorprendidos por la virulencia con la que la ex presidenta salió a atacar al gobernador bonaerense. “Se ve que el acto le dolió. El papel que está jugando es muy triste. Se cree Jesús. Está claro que problema de ego no tiene”, sostuvo, con ironía, un funcionario de la provincia de Buenos Aires que estuvo en primera fila durante el acto en Berisso.
Entre algunos dirigentes cercanos a Kicillof hay un coincidencia en el ánalisis sobre los sucesos acontecidos. “Lo de Cristina es un gesto de debilidad”, sostienen. Y lo argumentan: “Le molesta la centralidad que logró Axel en el acto y que no puede ordenar la interna del PJ”. Advierten que, siendo la dirigente más importante del peronismo, no logró el consenso necesario para conducir el partido.
Ante esa situación, el gobernador de La Rioja volvió a ratificar que competirá con Cristina Kirchner para presidir el partido, y si bien pidió “bajar los decibeles” en la disputa interna, dejó un fuerte mensaje al pedir “cuidar y proteger” a Kicillof. “Hay que proteger y cuidar a Kicillof porque es la única alternativa que tenemos hoy por hoy los argentinos. Por eso hay que protegerlo. Por eso le pedí que no se metiera para que no se genere ningún tipo de suspicacia. La verdad es que está teniendo un rol importantísimo y debe asumir la responsabilidad de ese rol y no inmiscuirse en este tema para que podamos tener una competencia lo más tranquila posible basada en ideas, en propuestas y con un cambio de métodos, procedimientos”, afirmó sobre el funcionario bonaerense, con quien aseguró tener “excelente diálogo”.
Y agregó: “No es Cristina el problema únicamente. Creo que el problema es que hay un cansancio, por lo que hay que modificar muchas cosas; entre ellas, conductas, métodos, formas, actitudes, gestos, sistemas de comunicación con nuestra gente, lenguaje. Inclusive hay un cansancio de cierta dirigencia, en la cual me incluyo aunque puedo ser un poco más nuevo”.
Esto recién empieza, ¿Cómo terminará?. Final abierto.