El niño mató a su amiguito, de 11 años, de un tiro en la cabeza al perder en los videojuegos
El terrible acto de violencia sucedió en Veracruz, México. El domingo pasado, en un local de videojuegos, el menor delincuente se enojó porque su amiguito, de 11 años, le ganó una partida. Ante esto, el asesino regresó a su casa, tomó una pistola de sus familiares, volvió al lugar de juego y le disparó un tiro en la cabeza al amigo.
La madre de la víctima se expresó totalmente destruida: “Lo único que pido es que me ayuden a hacer justicia, porque mi hijo murió por culpa de los padres de ese niño que mató a mi hijo, porque es una falta de responsabilidad dejar una pistola en la mesa como si fueran cosas de comer”.
El pequeño delincuente escapó junto a su padre y a su madre embarazada y un hermano. La abuela del asesino dijo que los chicos eran muy cercanos y se quedaban de pijamada en sus respectivas casas. También expresó que tanto su hijo como su nieto deberían pagar las consecuencias por lo que hizo el chico y por dejar una pistola al alcance del niño: “Deben meterlos presos”.
Según la abuela, eran niños buenos, se llevaban muy bien, “no pasaban de darse una trompada”.
Lo cierto es que hay un niño de 11 años muerto con una familia destruída. Un niño de 10 años asesino y con sus padres cómplices y responsables del hecho. No sólo por dejar una pistola al alcance de cualquiera sino por huir. Si el niño fue y mató por perder un videojuego, ¿qué será lo que ve y vive en su casa? ¿O será un pequeño psicópata?.
