Narcos “golondrina”: el nuevo rostro del narcotráfico que viaja encubierto entre trabajadores

Los trabajadores “golondrina” parecen ser las nuevas “mulas” que trasladan drogas. Ya van más de 60 kilos de estupefacientes secuestrados, en los trabajadores del campo, en menos de un mes

En la Ruta 34 los agentes de la fuerza federal realizaban los habituales controles, apostados en la localidad de Rapelli, Santiago del Estero. Allí, se produjo un operativo que expuso una nueva modalidad del narcotráfico: usan obreros golondrina como camuflaje humano. El miércoles pasado secuestraron drogas ocultas entre mantas cargadas por trabajadores que migran de zona Norte del país. En menos de un mes, llevan más de 60 kg secuestrados.

Qué ocurrió

• Un colectivo repleto de trabajadores golondrina -obreros contratados para viajar de región en región- fue detenido por Gendarmería en Santiago del Estero, a la altura de Pellegrini, sobre la RN‑34.
• Dentro de mantas encontraron 44 paquetes equivalente a unos 45 kg de cocaína; según fuentes, hubo al menos dos detenidos vinculados a la carga. Dos ciudadanos bolivianos habían estallado en una crisis de nervio. Después de una conversación, uno de los sospechosos confirmó que habían consumido unas 187 cápsulas de cocaína. Inmediatamente fueron trasladados hacia la capital santiagueña para que iniciaran el proceso de evacuación y después se concretara su procesamiento. Los especialistas estiman que en el interior de sus cuerpos podrían tener hasta dos kilos de esa sustancia.
• Se investiga si hubo introducción previa de droga en otras provincias antes de llegar al control en Santiago.

Por qué es clave

Esta escalada revela dos aspectos alarmantes:
1. Explota la vulnerabilidad de los trabajadores: muchos golondrina son gente humilde que por necesidad viaja a zonas de cosecha. Se convierten en piezas voluntarias o no del narcotráfico.
2. Cambio de táctica criminal: los narcos reducen riesgos y ganan rutas logísticas usando personas “invisibles” y difíciles de rastrear, ocultando cocaína bajo manos trabajadoras.

Contexto regional

• En el NOA ya se habían detectado métodos como “capsuleras” que ingieren droga, y ahora se suman los “obreros golondrina” como discreta red de tráfico humano .
• Hace pocos días también hubo operativos en Tucumán y Jujuy desbaratando redes narco en contextos muy diferentes (captores en el penal de Güemes, rutas del sur) .

Impacto humano y social

• Los obreros detenidos sufren estigmatización inmediata, sin pruebas todavía vinculadas directamente con el narcotráfico.
• Sus familias quedan expuestas a la incertidumbre judicial, enfrentando procesos lentos y complejos.
• Esto provoca un serio problema de derechos laborales y justicia social, porque el crimen organizado se aprovecha de la precarización para sus fines.

¿Qué se exige? Controles inmediatos en origen (donde se contratan o embarcan los trabajadores) para evitar cargas ilegales. También, protección y asesoramiento legal para los obreros interceptados, que podrían ser víctimas más que cómplices. Y una investigación profunda: seguir la ruta de la droga, detectar quién paga a quién y desmontar estas redes desde las bases, no solo en etapas finales.

Con estos hallazgos, queda al descubierto que el narcotráfico se reinventa. Ya no necesita solo avionetas, cápsulas o comedor. Ahora se infiltran en el día a día de los trabajadores más humildes. Así, los narcos buscan rutas invisibles en una Argentina donde las oportunidades laborales empujan a la gente a trasladarse sin garantía ni protección.

Esta noticia debe sacudir a los gobiernos nacional y provincial. Hay que ir a fondo: seguir el dinero, exponer a los líderes financieros y proteger a quienes, sin saberlo, ponen en riesgo su libertad y su vida para que otros se hagan ricos.

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