La violencia de los transas aterrorizan los barrios
Los vecinos del Barrio 143 Viviendas están (lamentablemente) acostumbrados a la violencia. En menos de un mes se registraron dos homicidios con apenas dos cuadras de diferencia. Las víctimas: dos jóvenes con problemas de adicción fueron ultimados por transas que operan en el mismo lugar.
Ayer a la madrugada, Víctor Alejandro Barrionuevo, de 24 años, se encontraba en un velorio de un conocido. Les dijo a sus parientes que iba a comprar algo (se sospecha que era droga en algún “kiosco” de la zona). Allí a Víctor le dieron un tiro en la cabeza. Fueron “Los Bombilleros” dijeron sus allegados. Lo llevaron al Hospital Padilla donde falleció.
Los señalados forman parte de un grupo de personas oriundas del Barrio Juan XXIII (La Bombilla) que se instalaron en ese sector de la ciudad y que tendrían una red de narcomenudeo. Ahora existe la posibilidad de que este nuevo crimen genere una escalada de violencia en la zona.
El domingo 16 de julio, a menos de dos cuadras del homicidio de ayer, Jorge Coronel Díaz, de 30 años, fue baleado en el cuello por cuatro personas que se movilizaban en motos y luego huyeron. El móvil de este crimen sería la venta de drogas.
Los vecinos no quieren contar muchos detalles de lo sucedido y, mucho menos, señalar a los autores. “Lo que pasa es que aquí si hablás, te matan. No hay otra”, dijo una vecina. “Qué querés que te diga. Aquí todas las noches hay problemas entre los adictos y los transas. Los que venden no tienen problemas en matarlos de un tiro”.
El 143 Viviendas es uno de los barrios de Manantial Sur. Las calles son de tierra y en plena luz del día encontrarán jóvenes consumiendo sustancias.
“Por la noche esto es tierra de nadie. Ves a los piperos dando vueltas como zombis y escuchás los tiros. Es duro, pero nuestros hijos están acostumbrándose a vivir esta situación de mier…”, cuenta tristemente un vecino de la zona.
