La miel natural es uno de los alimentos más puros y con mayor cantidad de beneficios sobre nuestra salud
Su comercialización supone la prohibición de cualquier aditivo o sustancia química ya que no necesita conservantes.
Cinco razones para sumar miel natural a la mesa, menúes y también antojos.
Regula el azúcar en sangre. Cuando se consume miel, la porción de fructosa permite que la glucosa sea captada por el hígado para formar glucógeno que pasa a estar disponible para el cerebro, el corazón, los riñones y las células rojas de la sangre. Esto mejora el funcionamiento de los órganos y tejidos esenciales, eliminando la glucosa de la circulación, y por lo tanto reduciendo el azúcar en sangre.
Reduce el estrés metabólico. El estrés emocional, psicológico o fisiológico se traduce en el cuerpo como estrés metabólico. La natural produce glucógeno en el hígado que es reserva de energía que necesita el cerebro para su normal funcionamiento. Tendremos reservas suficientes de glucógeno su consumimos miel natural en el desayuno, antes de acostarnos y a intervalos regulares durante todo el día.
Promueve la recuperación del sueño. El azúcar natural que contiene la miel produce una ligera secreción de insulina, lo que permite la secreción de melatonina, una hormona vital para la regulación diaria del sueño y vigilia. La melatonina regula los ritmos cardíacos, ayuda a mejorar la inmunidad y facilita la reconstrucción de los tejidos durante la noche.
Combate el estreñimiento. La miel tiene un elevado contenido de fructooligosacáridos que al llegar al colon se comportan de una forma similar a la fibra vegetal: captan el agua aumentando el volúmen de las heces y originan gases que incrementan el peristaltismo o movilidad intestinal.
Mejora la función cerebral. La miel ayuda a absorber y fijar el calcio en el cuerpo, favoreciendo una correcta función cerebral.
La miel beneficia a deportistas, niños en crecimiento, adultos mayores, personas con trabajos forzados. Pueden utilizarla personas que estén bajando de peso, si controlan las cantidades.La única excepción son los bebes. Es aconsejable que la consuman a partir de los 18 meses de nacidos.
