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Según estadísticas de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), la caída interanual fue del 4,6%

 La caída en la capacidad de compra de los medicamentos, es un fenómeno que se debe no solo al derrumbe del salario real sino al alza en los precios de la industria farmacéutica.

La caída anual en las ventas de medicamentos de venta libre y por receta fue del 4,6%, en comparación a 2022, según COFA.

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Esas cifras incluyen todos los medicamentos que pasan por el mostrador de farmacia, tanto los que requieren receta del médico como los de venta libre.

Es usual escuchar que los medicamentos tienen una venta casi “inelástica”, lo que significa que, como la comida, es uno de los últimos rubros que uno resigna comprar. Sin embargo, la crisis viene dando cachetazos a todos los sectores.

Desde la propia Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (CILFA) lo reconocieron. Aseguraron no tener información estadística “confiable” que ratifique una baja en el consumo de remedios (por fuera de la baja estacional de enero), pero admitieron que “la lógica indica que, en un contexto de fuerte caída de los ingresos reales de la población por la alta inflación, la inelasticidad de la demanda se reduzca“.

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La baja general del 4,6% en las ventas para 2023 tiene un mayor componente de remedios de venta libre que de los llamados “éticos” (los de venta por receta). Los primeros cayeron 8%, mientras que los segundos, 3,3%. Pero el año tuvo altibajos significativos: solo en diciembre, los remedios de venta libre se derrumbaron 18,4%.

¿Qué hacen las personas que no acceden a los medicamentos que necesitan?. “La disminución en la adherencia es uno de los determinantes centrales del fracaso de los tratamientos. Las consecuencias son claras: un mal control de las enfermedades y una menor calidad de vida”.

Datos de Irene Hartmann para Clarín

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