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Que Dios y la Patria se lo demanden. Siempre es bueno tener memoria y no olvidar hechos trascendentales para las próximas elecciones

Un diputado nacional representa al pueblo; un senador nacional representa a una provincia, cuya cabeza es el gobernador.

Por lo tanto, un senador oficialista (no así el opositor) debe velar por los intereses de la provincia que representa. En este caso, Tucumán tiene dos senadores del mismo signo político que el gobernador.

Osvaldo Jaldo, que tiene la responsabilidad de dirigir los destinos de toda la ciudadanía tucumana (peronistas, radicales, libertarios e independientes), ha manifestado su acuerdo a la Ley Bases. También, ha explicado los beneficios que, al aprobarse, tendría Tucumán.

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Sin embargo, Juan Manzur y Sandra Mendoza no velaron por los intereses de Tucumán, lo hicieron por sus propios intereses. Han optado por responder a lo partidario y obediencia debida a la jefa kirchnerista, la condenada Cristina Fernández de Kirchner, y darle la espalda al jefe provincial que había solicitado la “ayuda” de los senadores para aprobar la ley.

Por esas cosas de la política, la ley se aprobó, Jaldo puede respirar tranquilo, y los “compañeros” Manzur y Mendoza quedaron expuestos ante el electorado tucumano. Todavía les quedan unos años como senadores, pero todo llega a su fin. Quedaron “marcados” y perdieron credibilidad -si es que la tenían-. Ellos apuestan a que Javier Milei fracase y acomodarse en algún cargo futuro. Les importa un comino el país, solo piensan en sus intereses a costa que todo estalle por los aires. Ojalá se equivoquen y la Argentina salga adelante, no por Milei, si por el pueblo que se merece vivir mejor. Si esto sucede, se quedarán sin el pan y sin la torta. MEMORIA.

TICHO para Sin Codigo

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