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Agosto del 2021, complejo C sobre la avenida Corrientes, búnker del Frente de Todos. En el apartado VIP hay caras largas, abundan los reproches. Según testigos, Sergio Berni, rabioso por la estrategia electoral, avanza sobre Máximo Kirchner para trompearlo. Los separan. Existían viejas rencillas que el funcionario creyó conveniente saldar como suelen hacerlo en el barrio: a las piñas. Histórico colaborador del matrimonio K, el ministro de Seguridad bonaerense en licencia y el jefe de La Cámpora dejaron de hablarse. Estuvieron enemistados durante más de un año, pero ahora limaron asperezas, un acercamiento propiciado por la relación que el médico y Cristina Kirchner volvieron a desempolvar en los últimos tiempos después de meses y meses de distancia, y porque el heredero político de la Vicepresidenta está de nuevo en el centro de la toma de las decisiones. Otra vez, Kirchner va por todo.

Si había dudas, las últimas dos semanas fueron reveladoras: Cristina y Máximo Kirchner enterraron definitivamente las versiones que daban cuenta de insistentes disputas familiares en torno a la estrategia electoral y política de este año. En la charla con Pablo Duggan en C5N, la ex presidenta mencionó a su hijo tres veces, lo sindicó como el arquitecto del proyecto del Frente de Todos que hace tiempo naufraga en el océano peronista y como el artífice de la vuelta de Sergio Massa al kirchnerismo.

Ahora, a menos de un mes de que se definan las candidaturas, Cristina y Máximo Kirchner, el ministro de Economía y Eduardo “Wado” de Pedro -Axel Kicillof, entre otros, entra y sale-, lanzado seriamente con la venia de la titular del Senado y su hijo a la espera de la decisión final, conformaron el ámbito de discusión en el que se negocia a contrarreloj la estrategia definitiva de la coalición.

“Es la primera vez que Cristina le da públicamente a su hijo la centralidad de la política”, sintetizó a este medio un importante intendente del conurbano después del diálogo de la ex presidenta en C5N.

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Que Máximo Kirchner se embarque con Massa este domingo rumbo a China es toda una señal. No solo por las discusiones internas que todavía restan saldar. Si no por lo simbólico: la última vez que el jefe de La Cámpora salió del país fue a principios del 2000, tenía poco más de 20 años, un viaje familiar junto a sus padres y su hermana. Nunca más voló al exterior. Será su primera misión oficial, una gira frondosa en términos económicos, políticos e institucionales.

Massa y Kirchner empezaron a construir el vínculo en el 2016, en pleno auge macrista. Años atrás se cruzaban en Olivos, en los partidos de fútbol que Néstor Kirchner organizaba los viernes por la noche para terminar con un asado que se extendía hasta bien tarde y del que participaban algunos de los principales gerentes de La Cámpora. En el 2019, el diputado terminó por convencer a su madre de la necesidad de confluir todos juntos en un mismo frente. El campo familiar de Mercedes del ministro del Interior, que el año pasado volvió a mudarse a esa ciudad, sirvió como locación para numerosas conversaciones que, en la previa de la última campaña presidencial, terminaron de fortalecer el vínculo.

“Máximo siempre tuvo un rol. Por su forma de construir, lo hace de manera silenciosa”, explican en el entorno del jefe del PJ provincial.

fuente: INFOBAE

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