La inquietante historia paranormal de este cuadro recorrió todo el mundo por los aterradores detalles que las personas que lo compraron y lo devolvieron llamó la atención no solo de los empleados de la tienda, sino de millones de usuarios.
Para conocer más detalles al respecto debemos trasladarnos a la ciudad de St Leonards-on-Sea, en East Sussex, Inglaterra, donde se encuentra el local que protagoniza este relato.
El primer detalle llamativo a tener en cuenta es que ninguno de los empleados del lugar, ni siquiera el dueño, conocen el origen, tema y artista de la pintura, ya que la misma llegó de una enigmática donación tiempo atrás.
En la pintura se ve a una nena de aproximadamente unos 10 años que lleva puesto un vestido rosa y mantiene una mirada inquietante.
Paranormal: algunos de los clientes aterrados por el cuadro
La primera persona que se acercó a comprar el cuadro fue una mujer que pasó por el lugar, entró y lo compró. Fue tan solo dos días después que volvió alterada al local para devolverlo. “Tengo que deshacerme de él”, le dijo a Steve, el propietario del local.
En diálogo con el medio británico The Telegraph, el hombre indicó que la mujer sugirió que la pintura de la pequeña estaba “poseída”.
Ese episodio pasó, pero al tiempo apareció un segundo comprador, quien preguntó por la obra y se la llevó a su casa. Al poco tiempo, el hombre regresó “tembloroso y angustiado”, y manifestó que “no quería volver a ver esa maldita cosa nunca más”.
Días más tarde, el dueño de la tienda, al ser consultado por varios medios, no dio detalles de los testimonios, pero sí dejó entrever que los ojos de la pequeña de la pintura “te siguen por toda la habitación”.
La historia, lejos de causar rechazo en muchos, se volvió tendencia en la ciudad, a tal punto que el vendedor del lugar aprovechó para iniciar una estrategia de venta y colocó el cuadro en la vidriera con un cartel: “¡Ella ha vuelto! Fue vendida y devuelta dos veces. ¿Sos lo suficientemente valiente?”.
Lo más increíble de esta situación es que uno de los clientes que había comprado la pintura y luego devuelto -acusando que no podía “tenerla”- cambió de opinión al ver la popularidad que había generado, lo que hacía, además, que su valor aumente considerablemente.
“Una mañana me llamó y me dijo: “Compré tu retrato, ¿me la puedes devolver?”, apuntó el dueño del lugar, quien se negó a hacerlo.
Finalmente, el medio local Metro afirmó que los vecinos comenzaron a especular sobre el pasado de la misteriosa obra, al tiempo que muchos aconsejaron al dueño del lugar que la quemara, algo que, de momento, no pasa por su cabeza./crónica