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Amir Nasr-Azadani había participado de protestas en favor de los derechos humanos de las mujeres que sacuden al país

Tras casi tres meses de movilizaciones, más de 400 muertos y miles de detenidos, las autoridades han comenzado a ejecutar a manifestantes para tratar de controlar unas movilizaciones protagonizadas por jóvenes y mujeres que piden más libertades.

El principal “delito” del que se ha acusado a los ejecutados (ya son dos jóvenes) y a otros nueve presos que están en el corredor de la muerte, entre ellos el futbolista Amir Nasr-Azadani, es “moharebe”, que se traduce como “enemistad contra Dios” o “guerra contra Dios”. El islam dice que “moharebe”, es aquel que viola la ley divina y celestial, y a nivel terrenal, a quien “ataca a otros seres humanos, bloquea calles o plazas, organiza disturbios y crea el terror y la inseguridad entre la población”.

El deportista esta sentenciado a la ejecución por participar de las protestas en favor de los derechos de las mujeres de su país. En las últimas horas tomó fuerza una solicitud de Change.org, que busca frenar la ejecución, y ya cuenta con 500 mil firmas.

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Otras voces se manifestaron en las redes para condenar, también, el silencio de las principales instituciones del fútbol en el mundo y de organismos de derechos humanos que han omitido referirse al caso, y por el contrario parecen estar disfrutando de la Copa del Mundo que se juega en Qatar.

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