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Fue una desgracia que, por suerte, fue controlado “como se pudo”. Bombero grave, policías heridos, falta de agua y edificios evacuados

Lamentablemente deben pasar desgracias para poner al desnudo la falta de previsibilidad, organización y protocolos por parte de las autoridades provinciales. El incendio de esta mañana fue tremendo. Allí estuvieron los bomberos, policías y ambulancias pero, hubo heridos, falta de agua y una intervención de vecinos que pudo haberlos puesto en peligro.

Nadie duda de la gran disposición de los servicios públicos y la predisposición de la población para ayudar. Pero, cuando suceden hechos desgraciados como el de hoy, tiene que estar todo protocolizado y preparado para que no haya más desgracias. Cada servidor público debería saber cuál es su función, tanto en lo referido al siniestro como al control de vecinos y curiosos.

El agua puede faltar, pero los funcionarios expertos en desastre tendrían que activar plan B o C, con la protección del ciudadano.

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Por otro lado, un puestero del mercado incendiado, en una crisis nerviosa por lo sucedido dejó al descubierto aparentes irregularidades del mercado. Ahí entra la responsabilidad de las autoridades de la provincia. Ante la pregunta de periodistas, el puestero no supo o no quiso responder con respecto a: quién o quiénes son los propietarios del predio, si había matafuegos, si se realizaban inspecciones (por parte de las autoridades) del estado edilicio del lugar, si tenían seguro y otras cuestiones referidas al lugar.

Edificios circundantes fueron evacuados por precaución. Un bombero sufrió un paro cardiorespiratorio y fue reanimado. Actualmente está internado en terapia intensiva de un hospital de la capital. Otros bomberos, policías y puesteros resultaron heridos.

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