NOVEDADES

A una semana de las PASO, la mala situación económica de los argentinos sumada la alta inseguridad pueden ser factores determinantes a la hora de votar

Las reservas, el consumo y la inflación muestran un fuerte deterioro, coincidiendo con el período preelectoral. Desde el regreso de la democracia, la evolución de la economía ha sido la variable clave que define las elecciones.

EL radicalismo perdió en medio de la hiperinflación en 1989; el peronismo dejó el poder en 1999 en un entorno recesivo y con alto desempleo y, Mauricio Macri, no consiguió la reelección en medio de un deterioro cambiario y pérdida del poder adquisitivo en un entorno de inflación acelerada.

El gobierno de Alberto Fernández concentra una mezcla de todas aquellas descripciones. Una altísima inflación que se viene acelerando a lo largo del 2023, caída de salarios y alarmante pérdida de reservas. La situación social también alarma el índice de pobreza: rozó el 39% en el primer trimestre pero, lo más probable, es que ya haya superado con amplitud el 40%.

Dejando de lado lo ideológico, si el bolsillo sigue pesando a la hora de elegir candidatos, Sergio Massa la tiene muy difícil. El Ministro de Economía va a esta altura en búsqueda de una epopeya, llevarse un triunfo electoral en medio de condiciones económicas, financieras y sociales sumamente adversas.

Massa tiene a favor un núcleo duro de votantes kirchneristas y representa al peronismo unificado, salvo las candidaturas de Juan Schiaretti y Juan Grabois. Además, los oficialismos siempre se las ingenian para retener una relativa base electoral sólida.

Al desastre económico se suma la incontrolable inseguridad, presente en cualquier ciudad de Argentina, más el creciente narcotráfico que ya superó las fronteras de Rosario de Santa Fe.

El oficialismo, con Massa a la cabeza la tiene complicada, aunque al peronismo nunca hay que subestimarlo.

COMPARTIR NOTICIAS

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *