¿Hasta cuándo la Argentina será rehén del kirchnerismo?

Hace más de 20 años los argentinos están “secuestrados” por una ideología que no acepta la alternancia democrática

Por SIN CODIGO

A días de las elecciones, la Argentina vuelve a vivir un déjà vu peligroso: psicosis del dólar, riesgo país en escalada, inflación contenida con alfileres y la desconfianza de los mercados internacionales sobre lo que pueda pasar después del domingo -elecciones en la provincia de Buenos Aires-. Una vez más, el fantasma del kirchnerismo sobrevuela la política nacional y amenaza con empujar al país hacia la banquina.

El llamado “riesgo Kuka”, término que sintetiza la incertidumbre política y económica que genera la posibilidad del regreso del kirchnerismo, no es un fenómeno nuevo. Lo padeció Mauricio Macri en su gobierno, lo sufre Javier Milei en la actualidad y lo terminan pagando, siempre, los ciudadanos argentinos que trabajan día a día para sobrevivir. Porque mientras millones ajustan sus cuentas para llegar a fin de mes, son los políticos que apuestan al fracaso del Gobierno los únicos que obtienen ventaja y siguen viviendo de la plata de todos.

Vivir bajo amenaza permanente

La Argentina no puede seguir presa de un grupo que, cada vez que pierde el poder, actúa como factor desestabilizador. Con operaciones políticas, golpes de mercado y discursos destituyentes, el kirchnerismo vuelve a poner a los argentinos en un estado de incertidumbre constante. Basta de vivir con el miedo de que el país explote por culpa de un partido que hizo de la crisis su método de acción política.

No se trata de Milei, ni de Macri, ni de ningún dirigente en particular. Se trata de que gobierne quien gobierne, la voluntad popular debe ser respetada. Una república sana no puede vivir rehén de un grupo que solo acepta la democracia si los resultados le son favorables.

El desafío ciudadano

El kirchnerismo ya demostró en dos décadas lo que es capaz de hacer: corrupción estructural, manipulación institucional y un modelo económico que empobreció al país. Hoy, con la economía nuevamente en tensión, pretenden volver a imponer la lógica del caos para luego presentarse como salvadores.

La responsabilidad está en los argentinos. El voto es la herramienta para acabar con el kirchnerismo desestabilizador y empobrecedor. No se trata de ideología ni de simpatía política, sino de decidir si queremos seguir atados a la incertidumbre o apostar, de una vez por todas, a un país normal donde la economía deje de ser una amenaza y donde la política recupere su sentido real: servir al pueblo.

COMPARTIR NOTICIAS

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *