El expresidente de Bolivia, Evo Morales, expresó su apoyo a Cristina Fernández de Kirchner y denunció lo que considera una estrategia regional de persecución judicial contra líderes progresistas de América Latina. En una entrevista con Romina Manguel en el ciclo A confesión de parte, Morales aseguró que “cuando no nos pueden matar con balas, nos anulan con leyes”, y denunció que se está ejecutando una suerte de “segundo Plan Cóndor”, pero ahora desde los estrados judiciales.
Según Morales, la actual persecución no se lleva a cabo a través de dictaduras militares como en los años ’70, sino por medio de fiscales, jueces y tribunales que buscan desacreditar y proscribir a figuras políticas. En ese contexto, nombró como víctimas de este fenómeno a Lula da Silva, Rafael Correa y la propia Cristina Kirchner.
Durante la entrevista, también apuntó duramente contra el actual presidente boliviano, Luis Arce, a quien acusó de traicionarlo, de entregar los recursos del país al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial, y de reducir el rol del Estado. Morales reveló que sufrió un atentado con “18 balas” meses atrás, sin que la justicia boliviana haya investigado el hecho, y responsabilizó directamente al gobierno de Arce.
A pesar del conflicto político, el exmandatario boliviano destacó su vigencia electoral: afirmó que, según todas las encuestas, encabeza las preferencias de cara a una posible candidatura, y que ganaría con más del 60 % de los votos. También remarcó que no tiene denuncias por corrupción en su contra.
Por último, denunció como inconstitucional la decisión del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia de autoprorrogarse y bloquear su candidatura, calificando la medida como “ilegal, política e inconstitucional”.
Con estas declaraciones, Evo Morales se suma a una creciente ola de denuncias sobre la utilización del aparato judicial como herramienta de proscripción política en América Latina.