Es la ocasión justa para juntarte con aquellos que no ves hace mucho, compartir un excelente momento y llenarte de buena energía. Ah, y no hay edad, desde adolescentes hasta adultos mayores, todos a juntarse
Que la plata no sea motivo para no juntarte a compartir con la gente que querés, con los incondicionales de siempre, con aquellos que están en los momentos importantes (buenos o malos) de tu vida. En el mejor de los casos una asado y, en el peor, unas pizzas o hamburguesas, lo que sea pero la juntada vale la pena.
Cada 20 de julio se celebra en Argentina el Día del Amigo. Y es que, en nuestro país, la amistad es uno de los vínculos más importantes que existen (envidia del resto del mundo), y qué mejor idea que tener un día para celebrarlo y reforzar esos vínculos que, a veces, por obligaciones laborales o de distinta índole, se dejan de lado.
Pero, ¿por qué el 20 de julio? Bueno, el creador del Día del Amigo tiene nombre y apellido, y la fecha existe desde el año 1969. Al argentino Enrique Ernesto Febbraro, odontólogo, psicólogo, escritor, profesor y músico, se le ocurrió que el 20 de julio era el día perfecto para celebrar la amistad. Esto ocurrió en el año 1969, cuando los televisores de todo el mundo estaban transmitiendo la llegada del hombre a la luna.
El hombre, emocionado, tomó este hecho como un gesto de amistad del planeta tierra hacia el universo, y decidió que este día marcaría un antes y un después en la celebración de los vínculos amistosos. Recién en 1972 patentó esa idea, a través del Rotary Club, del que era miembro y donde difundió rápidamente sus intenciones. En el año 1979, a través de un decreto de la Provincia de Buenos Aires, quedó establecido el 20 de julio, como Día del Amigo.
Es un día para los amigos. Si estás en pareja, cada uno debería juntarse con sus amigo. Quizás, la pareja comparta los mismos, está bien también. Es un día glorioso, donde te juntas con aquellos que persisten desde la primaria, secundaria, universidad, o del club al que asistes. Los amigos son la familia que une elige tener y ver. Sin incondicionales, están siempre en todos los momentos de nuestras vidas. Disfrutan los buenos momentos y se bancan los malos. Siempre están. Son un motor que hace llevadera la vida diaria.
Son momentos para contactarte con aquel o aquella que no ves hace mucho, o que por ciertas circunstancias estas alejado. La vida es una y pasa rápida, disfrútala con quien vos tenés ganas.
Están aquellos que se juntan en un bar, y están los que organizan algo en una casa. Se hace una “vaquita” y se pasa un gran momento.
No seas amargado y organiza algo con los muchachos o muchachas. Vale la pena. Alimenta el alma.
¡Feliz día!.
