Llama la atención el voto negativo del radical Sánchez, cuando su compromiso había sido, aparentemente, otro. Qué dijo el diputado al respecto
Luego del “fracaso”, este martes, de la sesión en el Congreso para aprobar en particular la Ley Ómnibus, la relación oficialismo-oposición se tensó más de la cuenta.
De los nueve diputados nacionales que representan Tucumán, seis votaron a favor (Agustín Fernández, Gladys Medina y Elia de Mansilla -ex Unión por la Patria-; Paula Omodeo, de CREO; Mariano Campero, UCR; Mario Huesen, Fuerza Republicana.
Los otros tres votaron en contra: Pablo Yedlin y Carlos Cisneros de Unión por la Patria, que no sorprendió porque ya habían manifestado su posición contraria a la ley. Y aquí viene la sorpresa en el oficialismo, el voto negativo del radical Roberto Sánchez, ex Juntos por el Cambio y candidato a gobernador de Tucumán en las últimas elecciones.
Llamó la atención porque Sánchez era contado como un “aliado” al oficialismo, al menos, en este proyecto de Ley Ómnibus. Es más, el tucumano había votado a favor en la votación general. ¿Por qué lo llaman traidor?, aparentemente habría un compromiso previo de votar en consonancia con el oficialismo, cosa que no fue.
Al respecto, el radical dijo lo siguiente: “El Gobierno tiene que dejarse ayudar. El agravio no es el camino para la transformación que la Argentina necesita. Hace falta diálogo. A los gobernadores y a los diputados también los votó la gente. Esa es la democracia y la república en la que vivimos”.
Y continuó: “El radicalismo aportó votos para la aprobación en general, sumó ideas para mejorar el proyecto durante todo el debate en comisión, siempre apostamos a darle las herramientas al presidente para poder gobernar. Dijimos que no firmábamos cheques en blanco y es lo que hicimos en algunos artículos. Es falaz pretender echarnos la culpa de un fracaso político que no nos cabe”.
En realidad, la sociedad decidirá con su voto, en las próximas elecciones, quién hizo bien y quién hizo mal.
