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¿El orden de nacimiento determina la personalidad?

Ni el primero ni el último. Es el que no recibe la atención constante que se le da al hijo más grande, ni el más consentido, como el más chico. El hijo del medio puede sentir una suerte de “abandono” si se lo compara con sus hermanos o puede disfrutar de una especie de “liberación”, al no tener siempre la mirada encima. ¿Es el hijo problemático?.

Existe una teoría del orden del nacimiento, según la cual el lugar que cada persona ocupa, entre sus hermanos, repercutirá en su personalidad y en su vida adulta. Con el primer hijo, todo es aprendizaje. Padre y madre estrenan nuevo rol a medida que el chico crece. “Cuando aparece el segundo hijo, la madre (o padre) no está tan asustada porque sabe, más o menos, cómo manejarse. Es por eso que no le dan la misma atención que al primer hijo”, dice Cynthia Zaiatz, licenciada en neuropsicología. Según la licenciada, “es normal que, ante la llegada del tercer hermano, al del medio le den grandes celos”.

A grandes rasgos, en tres hermanos, el más chico tiende a ser el más consentido y más cuidado. El más grande suele ser el que más ayuda en ese cuidado. Y, el del medio, “en terapia vemos que tiene muchos reclamos, tiende a ser el más rebelde, siempre se sienten el no mirado”.

El psicólogo Kevin Leman destaca: “Los hijos intermedios se lamentan de haber recibido cosas usadas, desde juguetes a ropa, durante su infancia”.

El psicólogo Alfred Adler sostenía que en la edad adulta el desarrollo de los hijos del medio desemboca en personas competitivas respecto de los hermanos mayores. Y, a nivel profesional, son los que “trabajan duro para ser exitosos en sus carreras”. También asegura que son más agradables y son los que se llevan mejor con otras personas, si se los compara con sus hermanos mayores y menores.

Hay miradas positivas sobre los hermanos del medio. Hay estudios (Marisol Barreiro, psicóloga y neuro-psicóloga clínica) que dicen que ellos son más independientes y cuentan con más habilidades de sociabilización. En general, no buscan tanto apoyo en sus padres ni en sus pares. Esas teorías hablan de un excelente dominio emocional, factor clave para el éxito en la vida adulta.

¿Será así?.

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