En Tucumán, el gobernador Osvaldo Jaldo tiene el mismo problema con los peronistas K y manzuristas
Sindicalistas, legisladores, gobernadores y políticos en general, que durantes décadas de esplendor kirchnerista se mantuvieron en sepulcral silencio y solo escuchándolos decir “Sí Señora” (a la Jefa Cristina), ahora que perdieron las elecciones, se convirtieron en los machos del pueblo.
Mientras la “Reina” se encuentra encerrada, por propia voluntad, en uno de sus castillos, los plebeyos K con abstinencia de su conductora, están haciendo todo lo posible para debilitar y en consecuencia voltear al nuevo Gobierno de Javier Milei. Lo de voltear ellos mismos lo han manifestado (hay notas y videos en muchos portales con declaraciones al respecto).
Lo chistoso o triste (según el modo de verlo) es que esos mismos antidemócratas ya habían manifestado, antes de asumir Milei, que iban a salir a las calles a resistir las medidas de Gobierno hasta que caiga. Y así lo hicieron, a los días de asumir, salieron a manifestar en la calle: y a 40 días, ya habían convocado a un paro general (Récord Guiness en el tiempo que tardaron en hacer paro a un nuevo Gobierno).
Los resultados de un Gobierno son imposibles de evaluar a menos de dos meses de gestión. La mayoría de la gente eligió una propuesta dura, distinta, y hasta ahora, Milei está haciendo lo que prometió. No prometió magia, prometió ajustes y dolor para poder superar décadas de decadencia. La gente seguirá apoyando hasta cuando quiera, pero hay que dejar hacer al Gobierno.
En Tucumán, Osvaldo Jaldo que es un experimentado político, supo leer la actualidad. Por estrategia, por conveniencia, por querer hacer las cosas diferentes, le hizo un guiño a Mieli. Pero no hay que confundirse, Jaldo no es libertario, es un peronista de la vieja escuela que sabe “oler” para dónde va el viento, algo que sus antecesores no supieron hacerlo. Hoy, a Jaldo le conviene tener una buena convivencia con Milei, mañana, ya se verá. El gesto del gobernador es aplaudido por la mayoría de los tucumanos, pero, los manzuristas y los nostálgicos K lo toman como una traición; ¿a quién?, ¿al pueblo?, no, a ellos y a sus intereses.
Como la tecnología, como el clima, como la sociedad, la política ha cambiado. Ya no es hora de nostálgicos. Los que sigan pensando en hacer política a la antigua, quedarán en el camino. ES HORA DE AYORNARSE, o morir en el intento.
TICHO para Sin Código Tucumán
