En Tucumán, se calienta el ambiente político. ¿Hay un enfrentamiento solapado Chahla-Jaldo?
Rossana Chahla llegó a la intendencia de San Miguel de Tucumán de la mano del ex gobernador de la provincia, Juan Manzur, el otrora mandamás de Tucumán. Chahla incluso llegó a competir con Osvaldo Jaldo en una interna para candidatos a diputados nacionales en el año 2021. En esa oportunidad, Manzur y Jaldo estaban enfrentados y Chahla había sido ministra de Salud del primero, con buena imagen que le dejó su trabajo en la pandemia.
Luego, vino la “reconciliación” entre Manzur y Jaldo. Chahla fue impuesta como candidata a intendente por el ex gobernador, y ganó. La actual jefa capitalina tiene una buena imagen en la provincia y demostró capacidad de gestión. Esa situación, a cualquier político le causa desconfianza. Osvaldo Jaldo es un “viejo” político, con “olfato” como pocos. Sabe, que hasta hoy, su contrincante natural para dentro de cuatro años, es ELLA.
Jaldo, como él mismo lo expresa, le tomó 40 años llegar a la gobernación, y hará todo lo posible para hacer una buena gestión y, obvio, repetir cuatro años más. Tiene una personalidad que hace que todo esté bajo su control, que no se escape nada. Cada movimiento está estudiado.
Desde su alineamiento con el Gobierno Nacional (por convicción, necesidad o conveniencia), una medida que le dio un espaldarazo de la mayoría de los ciudadanos (no así de sus propios compañeros peronistas), hasta tomar medidas largamente esperadas por los tucumanos, o acercarse a políticos de otro signo, como Germán Alfaro, son movidas que indican un armado político a futuro.
El gobernador está armando un frente con peronistas, radicales afines y la fuerza del ex intendente tucumano, Germán Alfaro, otro “viejo” político y hábil declarante. Desde el municipio capitalino, no pierden oportunidad para atacar a Alfaro y éste, ahora salió a responder con frases “picantes” que permite intuir la confrontación (¿solapada?) entre Chahla y Jaldo.
Alfaro desmintió las presuntas irregularidades que se adjudican a la administración del Consorcio Metropolitano para la Gestión de los Residuos Sólidos Urbanos (Girsu). Además, aseguró que la denuncia formulada por la actual gestión municipal de Rossana Chahla tiene una clara intencionalidad política.
“Esto se parece más a una reacción espasmódica de la señora intendente por mi reunión con el gobernador, Osvaldo Jaldo”, remató Alfaro.
Esto recién comienza. Reeditar una pelea Chahla/Manzur con Jaldo es una jugada riesgosa para los primeros. El gobernador está haciendo una gestión aceptable para la mayoría de los tucumanos y, la lapicera, la tiene él.
TICHO para Sin Codigo Tucumán