Hartazgo, asqueo, bronca, depresión, miedo, impotencia, angustia, violencia y todos los estados de ánimos imaginables, menos esperanza, tiene la gente de este país con los 20 años de kirchnerismo/populismo
“Con MIlei vas a perder derechos”, “Con Bullrich te van a echar del trabajo sin indemnización” y otros cientos de ejemplos que comentan en las calles con respecto a los dos posibles presidentes desde el 10 de diciembre. Es tal el agotamiento de la sociedad, en general, por este populismo empobrecedor y violento que a la gente no le importa que le digan que Milei o Bullrich te van a condenar a comer polenta por un tiempo para poder estar mejor en el futuro.
El Gobierno se encamina a una derrota irreversible. Cristina Kirchner, que olfatea el fin de ciclo, inteligentemente se declaró proscripta. Quizás, sus fanáticos seguidores compren la idea, pero la realidad es que de ninguna manera está proscripta, no se presenta como candidata porque no gana ni en su propia mesa de votación. El empobrecimiento generalizado le garantiza una derrota no sólo entre la clase media con ingresos cada día más miserables, sino también entre los pobres, cuyo voto había controlado con una política de “plan platita” que ya es insostenible por la destrucción de la moneda.
La gente quiere algo nuevo, diametralmente opuesto a lo que viene padeciendo hace 20 años. Y ahí surge Milei, una figura que dice lo que la gente quiere escuchar. ¿Es viable lo que propone Milei?, a la gente no le importa, solo se interesa por lo nuevo. También está Bullrich con ideas similares a las de Milei pero con más modales y con una estructura política capaz de respaldarla ante los graves problemas que habrá en las calles cuando empiecen a aplicar lo que vienen proponiendo en campaña.
EL “peronchismo” es el peor de los perdedores, no saben perder, no se bancan el llano, lejos del poder. y son capaces de cualquier cosa para derrotar al enemigo. Ya dieron muestras de los que son capaces en el gobierno de Macri.
La sociedad debe estar preparada para el clima de violencia que se aproxima ante un eventual gobierno de Milei o Bullrich.
Pero, cuando el soberano (el pueblo) ha tomado la decisión de seguir un rumbo, no habrá piedras que detengan su andar.