Al Frente de Todos, la CGT, Alberto Fernández. Se salva su hijo. La señora habla como si fuese una ciudadana común que no tuvo ninguna responsabilidad de gobierno en los últimos 20 años del país. Los más de 16 mil millones de dólares que hay que pagar por YPF es TU CULPA CRISTINA
En el mismo documento donde cuestiona con dureza el rumbo económico del Gobierno de Javier Milei, Cristina Kirchner no escatimó en hacer una fuerte crítica al interior de Unión por la Patria, al asegurar que el peronismo “se torció” y “se desordenó”, tras la experiencia del Frente de Todos.
La “creadora de la criatura”, identifica algunas ideas y políticas como responsables de la fallida gestión anterior. Puntualmente, apuntó -sin mencionarlos- a quienes personificaron, a su entender, esos problemas: Alberto Fernández, la Confederación General del Trabajo (CGT), los movimientos sociales y el gabinete económico.
Volvió a reiterar su malestar por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que firmó Mauricio Macri, y con los términos de la renegociación que llevó a cabo el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, con la venia de Alberto Fernández -¡ah, ella no tiene nada que ver-.
En otra clara alusión a la gestión económica del Frente de Todos que integró, el problema estuvo cuando “por primera vez en un gobierno peronista los trabajadores registrados no llegaron a cubrir la canasta básica total (CBT). O sea: el peronismo con trabajadores registrados pobres, pese a que la tasa de desempleo tuvo un excelente comportamiento alcanzando el nivel más bajo de las últimas décadas con el 5,7%”.
También fustigó contra la política social del Frente de Todos, de la que participaron y colaboraron activamente los movimientos sociales y organizaciones territoriales, como los dirigentes y ex funcionarios de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y del Movimiento Evita, entre otros.
Sobre ese punto, dijo que el peronismo falló “cuando no recuperó el carácter universal que caracterizó a sus políticas sociales y que impedían el surgimiento de clientelismos que solo contribuyen a dividir y a enfrentar a los sectores populares entre sí, e irritar a nuestras clases medias”, afirmó, en una referencia a programas como el Potenciar Trabajo, que Javier Milei decidió congelar y eliminar su intermediación.
En lo económico, también planteó que el gobierno anterior “mal administró las divisas obtenidas por superávit comerciales excepcionales y debilitó la fortaleza del Estado para administrar la economía bimonetaria de la Argentina”.
Alberto Fernández fue otro de los destinatarios, en particular, por el festejo de cumpleaños de Fabiola Yañez en plena cuarentena. Sin mencionarlo, CFK sostuvo: “A pesar de haber atravesado la pandemia con una correcta gestión sanitaria que evitó las imágenes de falta de atención médica o respiradores, cementerios creados para los fallecidos de Covid o, como vimos en New York, camiones frigoríficos para trasladar los cadáveres; se anuló la palabra presidencial por la aparición de un documento fotográfico donde se comprobaba la violación de las normas de aislamiento por parte de quien las había firmado”.
El movimiento sindical recibió su reproche de parte de quien fue dos veces presidenta. Sostuvo que “el peronismo se desordenó cuando no advirtió la modificación de las relaciones laborales”, al subrayar que “sólo el 40% de los trabajadores registrados en la actividad privada está sindicalizado”.
“La consecuencia objetiva es que las representaciones sindicales características del siglo XX y fundantes del peronismo, ya no son la expresión mayoritaria de los trabajadores”, sostuvo.
Cristina Kirchner revalorizó la falta de una agenda para la prevención del delito, ya que el peronismo, a su entender, “no pudo superar el consignismo de la desigualdad social por un lado y el gatillo fácil por el otro para abordar un plan de seguridad de carácter integral, en donde además se aborde el problema cada vez más creciente del avance narco en las barriadas populares como consecuencia del retiro del Estado y la porosidad de las fuerzas de seguridad. Es así como se sustituye la organización estatal por la organización delictiva”.
“Cuando dejó de recordar que no solo donde hay necesidad hay un derecho sino también una obligación y que el trabajo es un derecho -siguió la ex mandataria-, pero también es un deber, por lo que es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume”.
Y concluyó, en una revisión integral de las ideas del peronismo. “Hay que poder enderezar las experiencias y ordenar las nuevas demandas para poder alinear pensamiento, palabra y acción: una trilogía indispensable a la hora de formular propuesta y estrategia que permitan organizar una fuerza política que vuelva a representar mayoritariamente, para pasar de ser oposición a alternativa de gobierno”, cerró.