El Papa no deja de sorprender: visitó la Basílica de San Pedro vestido de civil

Fue a rezar ante la tumba de San Pío X; estaba de pantalón negro, camiseta y un poncho a rayas, según imágenes aparecidas en redes sociales

Posterior a una internación, de 38 días, que lo puso dos veces al borde de la muerte, el Papa da sorpresas. Ya lo habían anticipado el Cardenal argentino Víctor Manuel “Tucho” Fernández, que conoce bien al Papa Francisco, así como uno de sus médicos de cabecera, Sergio Alfieri, Y tenían razón.

Después de haber reaparecido, inesperadamente, el domingo en público al final de la Misa por el Jubileo de los enfermos; de haber recibido privadamente, este miércoles, a los Reyes Carlos III y Camilla -pese a que se había anulado la audiencia oficial-; este jueves, Francisco volvió a sorprender al aparecer en la Basílica de San Pedro, vestido no de Papa, sino de civil: con sus habituales pantalones negros, camiseta blanca, un poncho o manta a rayas, sin solideo y con sus cánulas nasales puestas.

Aunque se encuentra convaleciente, no es común ver al Papa sin su hábito talar blanco -bajo el cual, desde que fue electo, siempre usa un pantalón negro-; durante viajes largos en avión, de todos modos, Francisco suele quitarse la sotana blanca para estar más cómodo, lo mismo que hace estando en su casa de Santa Marta. Pero nunca en público, lo que causó gran sorpresa entre los vaticanistas, que al principio pensaron que se trataba de imágenes falsas.

“Estábamos visitando la Basílica de San Pedro y vimos a unos guardias que pasaban y abrían paso, así que fuimos a ver qué era, y era el papa”, dijo Luiz Gil, quien grabó el video. “Poca gente se dio cuenta, fue muy rápido, pero se paró a hablar con una familia con un bebé”.

Según el portal del Vaticano, la salida del Papa fue breve: duró menos de diez minutos y fue para rezar ante la tumba de san Pío X (1903-1914), “un Pontífice al que siempre se dijo muy cercano”; también se detuvo en el monumento dedicado a Benedicto XV, el papa de la primera Guerra Mundial, y visitó las tumbas restauradas de Pablo III y Urbano VIII.

“Demasiada emoción, mi visión se nubló por las lágrimas y ni siquiera pude tomar una foto”, dijo a los medios del Vaticano Monseñor Valerio Di Palma, canónigo de San Pedro. Este prelado había regresado a la sacristía cerca de las 12.50 y diez minutos después salió al escuchar el alboroto. Fue entonces que vio la silla de ruedas con el Papa, que cruzó la Puerta de la Oración, luego se dirigió al Altar de la Cátedra y, finalmente, a la tumba de San Pío X para rezar. Al final, saludó a algunas personas, según le fue posible, explicó monseñor Di Palma.

Qué dijo el Cardenal argentino “Tucho” Fernández que acompaña al Pontífice

“Pienso que ahora inicia un nuevo Papa, una nueva etapa de pontificado y él es un hombre de sorpresas y seguramente habrá aprendido muchas cosas en este mes y de la galera saldrán afuera quién sabe qué cosas”, indicó Fernández, en diálogo con periodistas.

Como en las primeras dos semanas de convalecencia en Santa Marta el Papa había estado encerrado, sin recibir visitar y, al parecer, cumpliendo a rajatabla la orden de los médicos de cuidarse y evitar el contacto con grupos, la salida de este jueves confirmó el comienzo de una etapa distinta, menos blindada y más laxa. Más allá de esto, causó cierto estupor y confusión el hecho de que saliera aparentemente desabrigado cuando aún tiene una infección pulmonar y, sobre todo, sin estar vestido de Papa. Algo que indica que, probablemente, la decisión de hacer una escapada a la Basílica fue tomada a último momento y en forma más que espontánea. Los sectores opositores al papa Francisco aprovecharán del asunto para tirarle munición gruesa.

Con información de Elisabetta Piqué

COMPARTIR NOTICIAS

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *