El increíble debut del doctor Alberto Cormillot en el circo: colgado en el aire a los 86 años

El médico se sumó a un espectáculo circense en donde lució todo su talento para el tap, la danza griega y el 2X4 en versión danza aérea con arnés

Bajo la mirada atenta de su familia, Alberto Cormillot subió a lo alto de la carpa circense, a punto de sorprender no solo a su público, sino también a medio centenar de niños en espera de adopción que, gracias a una acción especial, asistieron como invitados al espectáculo de Servian, El Circo. El médico argentino, a punto de cumplir 87 años, aceptó “el desafío de ser acróbata y bailarín”, y en cuestión de días se preparó para debutar en dos funciones donde mostró sus habilidades de tap, tango y acrobacias aéreas junto a sus nietas y destacados artistas.

Durante estas presentaciones, organizadas en tiempo récord, Cormillot compartió escenario con sus nietas Abril y Zoe -alumnas de Artes escénicas y Circo en la Universidad de San Martín- después de quince años del debut familiar en el Teatro Empire.

“Estuve ensayando 4 horas por día”, contó, sobre una agenda ajustada que incluyó intensos ensayos bajo la guía de su profesora de tango Nair Schinca, su maestra de aéreo Paula Illane y su profesor de tap Agustín Almirón. El médico explicó: “El circo es divertido para los demás… Para los que trabajan en él es algo sumamente serio. La seguridad, los chequeos rigurosos, el compromiso, la música, los tiempos. La preparación es minuciosa y exigente”.

El espectáculo ofreció más que danza y destreza física. El doctor Cormillot realizó una rutina de magia, hizo aparecer a una de sus nietas debajo de una gran tela y a la otra dentro de una jaula, mientras ellas brillaron en acrobacias en monociclo y en el tap, acompañadas de un grupo de prestigiosos bailarines. En uno de los momentos de mayor riesgo, el médico ejecutó traslados y giros de aéreo a 15 metros de altura, utilizando pétalos de flores que guardaba en los bolsillos, siempre resguardado por Paula Illane.

¿Cómo surgió la propuesta? “A mediados de julio fuimos al circo en una salida familiar con Estefanía (Pasquini) y el pequeño Emilio. Disfrutamos del espectáculo de Servian y surgió un nuevo desafío. Yo había quedado maravillado con las malabaristas, sus acrobacias me parecieron increíbles y quise felicitarlas al final de la presentación y contarles que yo también hago algunas acrobacias”, recordó. “Al día siguiente me llamó el gerente y me contó que había visto algunos videos que comparto en mis redes y por fin vino la gran pregunta: ‘¿te animarías?’. Mi respuesta fue inmediata, lo único que estaba esperando era que me llamaran”, resaltó.

Al ser consultado por su motivación, el doctor declaró: “Lo hago porque me gusta y el cuerpo me lo permite. Algunas personas dicen que dejé la vara muy alta. Pero yo no intento ser el ejemplo de nadie, intento hacer lo que me gusta. Si tuviera que ser ejemplo sería de no decirse ‘viejo’ antes de tiempo. Tener una iniciativa es el primer paso. En mi caso el impulso para comenzar algo nuevo nace de mi curiosidad. Confirmar que puedo descubrir, experimentar; que el juego no se termina con la edad”.

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