Parisinos y turistas podrán bañarse en las áreas habilitadas. El proyecto para sanearlo comenzó años antes de los Juegos Olímpicos de París 2024
Tanto los parisinos como los turistas pudieron volver a sumergirse en el Río Sena -luego de 100 años de prohibición-, en medio de un calor agobiante que azota a Europa en un verano que registró temperaturas récord. Esta histórica apertura se da tras un ambicioso proyecto de saneamiento de 1.400 millones de euros (USD 1.500 millones), impulsado en el marco de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Desde este sábado, se habilitarán tres zonas de baño en distintos puntos de la capital francesa: una cercana a la Catedral de Notre Dame, otra próxima a la Torre Eiffel y una tercera en el Este de París.
Hasta ahora, bañarse en el Sena era ilegal desde 1923 -salvo excepciones puntuales- debido a la contaminación y al riesgo que representa la intensa navegación fluvial. Por razones de seguridad, continúa prohibido hacerlo fuera de las áreas autorizadas.
Las autoridades parisinas finalmente dieron luz verde al uso recreativo del Sena, tras verificar que la calidad del agua cumple con los estándares exigidos por la normativa europea.
Monitoreo diario y señales visuales
Pierre Rabadan, teniente de Alcalde de París, explicó que el agua se analiza a diario para asegurar condiciones seguras para el baño. Al igual que en las playas, se utilizarán banderas de colores para informar al público: “Verde significa que la calidad del agua es buena. Rojo significa que no es buena o que hay demasiada corriente”, detalló.
Desde World Aquatics respaldaron la iniciativa: “El legado de estos esfuerzos ya es evidente, con el Sena ahora abierto a la natación pública, un ejemplo positivo de cómo el deporte puede generar beneficios comunitarios a largo plazo”, expresaron en un comunicado enviado a The Associated Press.