Día Mundial del Beso: qué produce en el cerebro y 7 curiosidades que descubrió la ciencia

Al estimular la liberación de neurotransmisores, este gesto afectivo es capaz de brindar calma, seguridad y satisfacción emocional de forma natural. Sus beneficios para la salud y qué ocurre cuando escasea

El beso más largo que se haya registrado en la historia dio lugar a la efeméride que se festeja hoy desde 2013. Ese año se realizó en Tailandia un concurso en el que una pareja se besó sin parar durante más de dos días, exactamente 58 horas, 35 minutos y 58 segundos, y entraron así en el libro Guinness de los Récords.

Damos besos aproximadamente desde hace 4.500 años, afirma un estudio publicado en Science en 2023. Estos gestos fueron documentados en la antigua Mesopotamia y Egipto desde al menos 2500 a. C. en adelante. La investigación describe a aquellos primeros besos con una doble función, como parte del acto sexual y una muestra de afecto entre familiares y amigos. Miles de años después, siguen teniendo esos roles y la ciencia les descubrió múltiples beneficios que van mucho más allá del amor.

“Al darse un beso se liberan oxitocina, la hormona del apego; dopamina, asociada al placer y la motivación; serotonina, que brinda bienestar emocional y endorfinas, calmantes naturales. Además, hay una activación del sistema límbico, el circuito cerebral de las emociones, y del núcleo accumbens, vinculado con la recompensa (y su circuito)”, detalló el médico Claudio Waisburg, médico neurólogo y neurocientífico y director del Instituto Soma (MN 98128).

“Generan muchos beneficios en relación con la reducción del estrés porque disminuyen los niveles de cortisol. Los besos generan un impacto positivo en todo el cuerpo, en el estado de ánimo y en la autoestima. Nos hace sentir deseados dando lugar a una mejor intimidad. Los besos son una herramienta muy poderosa de comunicación no verbal y expresión emocional”, comentó la doctora Milena Mayer, médica UBA, uróloga, andróloga y sexóloga clínica del Hospital Italiano (MN 141.067).

El doctor Waisburg agregó: “Un beso (a tu pareja, hijo, amigo o madre) fortalece vínculosreduce la presión arterial, baja los niveles de estrés, disminuye el dolor físico (gracias a las endorfinas), potencia la inmunidad y mejora el estado de ánimo. Además, activa la empatía, refuerza la autoestima y puede incluso mejorar la memoria. Besar es un acto neurológicamente poderoso. A veces, una dosis de afecto vale más que un ansiolítico”, remarcó.

Cuando los besos escasean

Al besar se ponen en acción unos 30 músculos y se pueden llegar a intercambiar hasta 80 millones de bacterias nuevas, según un estudio. Sin embargo, más allá de esa acción puramente física y muscular, ese acto tiene un gran impacto en nuestra salud. Por eso, la falta de esta señal de afecto puede tener sus consecuencias.

“La falta de contacto -incluyendo abrazos, besos o caricias- reduce los niveles de oxitocina y aumenta el cortisol, la hormona del estrés. Esto puede traducirse en mayor ansiedad, aislamiento social, problemas de autoestima e incluso menor rendimiento cognitivo. ¡La soledad y la deprivación afectiva mata!”, enfatizó. Y agregó: “Un mundo sin besos no solo sería un mundo más frío, sería menos saludable”.

Por su parte, la doctora Mayer señaló: “En la actualidad nos besamos cada vez menos. Especialmente, en relaciones de larga data y se profundiza esta crisis en las personas que no tienen pareja, luego del contexto post-pandemia (al reducir el contacto físico)”.

Y sumó: “Muchas parejas, con el paso del tiempo, disminuyen la frecuencia de besos apasionados (donde todo se resume a un piquito al llegar o al irnos de la casa) y eso puede tener consecuencias en la conexión emocional y física”.

Y explicó que algunas de las causas de ese distanciamiento afectivo puede encontrarse en “el uso de las pantallas y la ansiedad con la que vivimos, que nos alejan de las pequeñas situaciones que nos podrían mejorar la calidad de vida. La rutina y estrés diario llevan a una desconexión emocional. También, la costumbre hace que algunas parejas vayan perdiendo ese contacto físico y emocional”.

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