Al menos 92 países involucrados de alguna manera en guerras
La ofensiva de Israel a Irán dejó a Medio Oriente a un solo paso de una guerra abierta. La represalia por el ataque iraní del 1° de octubre contra territorio israelí
Más allá de cual sea la reacción de Teherán, Israel e Irán ya están luchando una guerra en distintos frentes: Gaza, Líbano, Siria, Irak, Yemen y también en Israel e Irán. La escalada es un hecho.
Pero este conflicto no es el único que golpea al mundo. Hay muchas más guerras de las que se puedan imaginar. Las cifras son contundentes. En total, hay 56 enfrentamientos armados activos en el mundo. Es la mayor cantidad desde la Segunda Guerra Mundial. Pero los números no se quedan ahí. Crecen cada año. Son 92 los países involucrados en guerras.
Eso no quiere decir que en sus territorios caigan bombas o su población sea llamada a las armas para combatir a un enemigo externo. En la mayoría de los casos se trata de ayuda militar, como la que provee la OTAN a Ucrania en su guerra con Rusia. Pero en otros el conflicto está enquistado muy adentro y desde hace muchos años, como en Siria, la República Democrática del Congo y hasta en Sudamérica, con los remanentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que no adhirieron al acuerdo de paz de 2016.
Se estima que alrededor de 100 millones de personas fueron desplazadas de sus casas a causa de la violencia. Según el informe, hay 16 países donde más del 5% de su población fue desalojada por la fuerza.
Estos conflictos son virtualmente desconocidos, salvo un puñado que tienen la suficiente cobertura mediática como para llegar a todos los puntos del planeta. Son guerras en las que están involucrados países occidentales o de gran relevancia estratégica, como Ucrania o Israel. Nadie habla de lo que pasa hoy en Yemen o Sudán, los dos países menos pacíficos del mundo. La geopolítica mundial, fuertemente unida a los intereses económicos, elige sus propias guerras.
La guerra en Medio Oriente que monopoliza hoy la preocupación mundial
Hoy se libra una nueva guerra en Medio Oriente. El ataque israelí de este viernes contra objetivos militares iraníes profundizó un conflicto regional del que parece no haber vuelta atrás. Ya nadie se animaría a sostener hoy que allí no se libra una verdadera guerra.
Hasta ahora, muchas voces se negaban a llamar así a un conflicto que enfrenta a Israel con Hamas en la Franja de Gaza; Hezbollah en el Líbano; los hutíes de Yemen y las milicias chiítas de Siria e Irak. Esgrimían que no había dos ejércitos enfrentados. Pero detrás de todas estas organizaciones armadas está la larga mano de Irán. Son sus grupos proxy que combaten a Israel desde Teherán. Pero Irán lanzó dos ataques con misiles sobre territorio israelí este año. Ahora Israel bombardeó territorio iraní. Son dos ejércitos enfrentados directa o indirectamente entre países que no comparten una frontera común. Incluso, Hezbollah tiene uno de los ejércitos irregulares mejor armados y entrenados del área.
Es una guerra. Una guerra que amenaza con escalar en los próximos días, semanas y meses.
El nuevo conflicto comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando cientos de milicianos de Hamas irrumpieron en el sur de Israel, masacraron a 1200 personas y secuestraron a otras 240, de los cuales un centenar sigue cautivo en algún lugar de la Franja. Ocho de ellos son argentinos.
Poco después, Israel invadió Gaza. El enclave está devastado después de un año de guerra. El 90% de los 2,3 millones de habitantes fue desplazado y vive en carpas, refugios o lo que queda de sus casas. El ministerio de Salud palestino afirma que las víctimas superan los 41.000.
En agosto, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, dijo que los muertos eran más de 40.000 y que la mayoría eran mujeres y niños. Desde Naciones Unidas denunciaron incluso un genocidio, que el gobierno de Benjamin Netanyahu niega, esgrimiendo su derecho a la defensa ante grupos islámicos que llaman a “borrar” a Israel del mapa.
Israel sufre ataques periódicos desde Gaza, Líbano, Siria, Irak, Yemen, Irán y Cisjordania, el enclave palestino ocupado donde los muertos se cuentan por cientos. En septiembre, las Fuerzas de Defensa de Israel penetraron en el sur del Líbano y comenzaron a bombardear gran parte del país. Hezbollah sufrió golpes devastadores, como la muerte de su líder, Hassan Nasrallah y la explosión de beepers y walkie talkies que dejó 39 muertos y cientos de heridos. La ofensiva israelí causó más de 1550 muertos, según un recuento de AFP, y unos 700.000 desplazados, de acuerdo a la ONU.
Con la venia de la Casa Blanca, Israel lanzó este viernes su anunciada represalia contra Irán. Ya no es una guerra focalizada. Las consecuencias pueden ser más devastadoras aún. Bajo la alfombra, se esconden las sospechas de que Israel es ya una potencia nuclear. En tanto, Irán viene desafiando con serlo con un programa atómico que desató sanciones internacionales y acuerdos incumplidos.
Briscoe dijo que “el miedo es que Israel e Irán entren en una lógica de confrontación que obligue a Estados Unidos a entrar en el conflicto y que esto lleve a Irán a responder con todas sus fuerzas convencionales y con las actividades de los grupos que lo apoyan. Una de las grandes tensiones es el programa nuclear iraní. Es una situación extremadamente peligrosa”, alertó.
La guerra en Ucrania pasó a un segundo plano
La guerra en Ucrania quedó opacada por Medio Oriente. Si bien la invasión rusa comenzó el 24 de febrero de 2022, el conflicto se remonta a las protestas conocidas como Euromaidán que acabaron en 2013 con la salida del poder del presidente prorruso Viktor Yanukóvich. Un año después, Rusia ocupó Crimea.
Desde entonces, Moscú denunció una ola de represión en la zona de mayoría rusa del Dombás, en el este del país, donde fue creciendo el espíritu separatista. Ambas fuerzas beligerantes han tenido altas y bajas en el conflicto. Rusia jamás logró doblegar a Ucrania, que resiste con la enorme ayuda militar de sus socios de la OTAN, con Estados Unidos a la cabeza.
No hay cifras independientes sobre víctimas. Un reciente informe de The Wall Street Journal, que cita estimaciones de inteligencia occidentales, reveló que las bajas ucranianas ascienden a 80.000 soldados muertos y 400.000 heridos. En la parte rusa, se calculan casi 200.000 muertos y 400.000 heridos.
Hoy, las fuerzas rusas controlan amplios territorios del este ucraniano. Pero el ejército de Kiev logró lo que parecía inimaginable. En los últimos dos meses, invadió la región rusa de Kursk y resiste el contraataque ruso. Allí, según Kiev, fueron desplegados miles de soldados norcoreanos para ayudar al ejército ruso. El envío de tropas de Pyongyang fue confirmado por Estados Unidos y Corea del Sur.
La guerra no tiene visos de solución a corto plazo, aunque Donald Trump amenaza con cesar la ayuda al gobierno de Volodímir Zelenski si gana las elecciones del 5 de noviembre.
“Hay un equilibrio muy delicado”, resumió Briscoe. Estados Unidos y sus aliados no quieren involucrarse en una guerra directa y Vladimir Putin amenaza con usar armas nucleares si la OTAN permite utilizar su armamento en ataques directos contra su territorio. “No sabemos si es un bluff o una realidad. Pero claramente existe este peligro”, afirmó.
Los conflictos latentes en Asia: Las dos Coreas y China-Taiwán
En elextremo este de Asia hay dos conflictos latentes que amenazan la paz mundial.
La península de Corea es un conflicto abierto. Corea del Norte y Corea del Sur siguen virtualmente en guerra. Si bien firmaron un armisticio en 1953 tras tres años de hostilidades, nunca suscribieron un tratado de paz definitivo. Sus territorios están divididos por el paralelo 38. Es una de las fronteras más custodiadas y militarizadas del mundo.
La región vive bajo amenaza. Pyongyang, gobernada por la dinastía absolutista de los Kim desde hace más de 75 años, lanza periódicamente misiles balísticos en distintas direcciones, en ejercicios militares que ponen en vilo a Corea del Sur, pero también a Japón y a Estados Unidos, que mantiene unos 28.500 soldados en territorio surcoreano.
El actual presidente norcoreano, Kim Jong-un, suele ocupar el foco internacional con advertencias a sus vecinos y a Estados Unidos. Este año amenazó con “aniquilar” a ambos países si inician una escalada bélica. Se desconocen cuántas armas nucleares tiene Corea del Norte, pero una estimación reciente citada por la BBC la sitúa en 50.
Cerca de allí, las tensiones entre China y Taiwán, a la que Beijing considera una provincia rebelde, crecen cada año. El gobierno chino realiza periódicos ejercicios militares en torno a la isla, donde se refugiaron las tropas del Kuomintang, el movimiento nacionalista encabezado por Chiang Kai-shek, en 1949, tras cuatro años de guerra civil contra el ejército comunista de Mao Tse Tung. Beijing reivindica su derecho al uso de la fuerza para recuperar la isla, que tiene el respaldo económico y militar de Estados Unidos. Hoy solo un puñado de países centroamericanos y del Caribe reconoce a Taiwán como nación soberana. Incluso, Washington reconoce solo la existencia de China, en una contradictoria paradoja diplomática muy común en la geopolítica mundial.
“Estos son dos conflictos que parecen quietos, pero que tienen la capacidad de empeorar rápidamente por su propia naturaleza y la participación de Estados altamente armados”, resumió Briscoe.
Con información de Marcelo Izquierdo, TN