Los fanáticos no aceptaron la eliminación y se manifestaron en contra de la Comisión Directiva
Un nuevo fracaso del equipo de fútbol profesional de San Martín de Tucumán produjo la furia de la hinchada. Muchos de ellos se agolparon frente al vestuario local para increpar a jugadores e integrantes de la Comisión Directiva por la mala campaña que ejecutaron.
“Que se vayan todos”, fue el grito que se repetía. Los hinchas apuntaron al presidente de la institución, Rubén Moisello; al vicepresidente segundo, Carlos Cisneros y al manager, Alexis Ferrero, como los responsables de haber armado un plantel que no estuvo a la altura del club.
Aparte de los cánticos, hubo proyectiles de la hinchada hacia el cordón policial que se había formado alrededor del vallado. Un grupo llegó hasta las puertas del “Santo Store”, rompió los vidrios y se robaron algunas prendas.
Lejos de calmarse los reclamos, el humor iba poniéndose más denso, lo que hizo que los policías debieran reforzar la seguridad en la zona del estacionamiento. Con sus escudos y con caballos, avanzaron en contra de los hinchas a los que desplazaron hacia afuera del estadio. Para dispersar a la multitud, realizaron disparos con balas de goma, que desataron corridas en las inmediaciones de la Ciudadela.
EL plantel “santo” recién pudo dejar el complejo pasadas la 1 de la mañana.