Creaban contenido donde “atrapaban” a presuntos violadores, pero muchos eran casos inventados
A comienzos de marzo de este año, un hombre de unos 40 años ingresó a una aplicación de citas. Una vez allí, conoció virtualmente a una mujer de 21 con quien empezó a chatear. Esa conversación luego se trasladó a WhatsApp. Lo que no sabía el hombre, es que esa mujer era parte de una banda que ahora está detenida.
Se hacían llamar en las redes sociales los “caza-violines”. Se trata de un grupo integrado por cinco personas -entre ellos cuatro hombres, uno menor de edad- que creaba contenido audiovisual donde “atrapaba” a presuntos violadores de menores. Sin embargo, según la investigación de la Justicia, muchas de esas situaciones eran inventadas y generadas por ellos mismos.
Los sospechosos, que fueron aprehendidos en los últimos días a partir de una investigación Judicial, se dedicaba a seducir hombres en redes sociales, privarlos de su libertad durante horas y torturarlos en departamentos de alquiler temporario en plena Ciudad de Buenos Aires.
Todos los ataques -que incluían humillaciones y golpizas crueles– eran grabados y subidos luego a redes sociales. Era un modus operandi oscuro y macabro que se destapó a partir de una intensa investigación del Juzgado Nacional de Menores N°1, a cargo de Cristian Von Leers y de la Secretaría N°3, de Rodrigo Lozano. Ambos realizaron una rápida y exhaustiva tarea junto a la Brigada de Investigaciones de la Comuna 5, de la Policía de la Ciudad.
A partir de la recolección de numerosas pruebas, incluyendo chats y testimonios de víctimas, la organización fue desbaratada por la Justicia el 2 de abril pasado.
La banda estaba conformada por cuatro hombres, cuyas edades oscilan entre los 17 y los 29 años. También pertenecía al grupo una joven, de 21 años, cuya participación en todo el asunto era fundamental.
El líder del grupo es Brandon Joaquín Maldonado (29). Con más de 80 mil seguidores en Instagram, comenzó a hacerse viral hace algunos años por sus videos en los que, presuntamente, “cazaba” a supuestos pedófilos que, siempre según lo que él mismo contaba, había citado en un lugar público, haciéndose pasar por una menor de edad.
Cuando los tenía frente a él, en lugar de llamar a la Policía, los golpeaba.
“Comenzó mostrando ese tipo de material y cobró cierta notoriedad en el mundo de las redes sociales. Sus videos, muchas veces, se hacían virales. Luego de eso, se cebó y formó un grupo de personas que llevaron esas situaciones a límites insospechados. Ya no solo golpeaban en la vía pública, también los secuestraban durante horas para torturarlos”, explica alguien que investigó en profundidad el caso.
Además de generar videos virales, Maldonado, que utilizaba también el sobrenombre de “Brandom Lee”, generó una comunidad que lo empezó a ver como un héroe contra la pedofilia y el grooming. De hecho, conocida la noticia de su detención, se generó una especie de clamor para lograr su liberación.
Aunque parezca increíble, los videos donde quedaron registradas las vejaciones y las golpizas todavía siguen publicadas en redes sociales de uso masivo.
Más allá de la investigación de la justicia, hay algo que aún no pudo ser revelado del todo. ¿Cuál era el objetivo de semejantes aberraciones? Para los especialistas que tomaron contacto con el expediente, la única explicación pasa por dos puntos: el goce del sufrimiento ajeno y la creación de contenido para las redes sociales.