Los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) exhibió luces y sombras del vínculo entre Nación y las provincias
A la par de la Coparticipación Federal, que se desplomó un 10% en 2024, las transferencias discrecionales sufrieron una dura caída el año pasado, marcando otro golpe para las arcas provinciales. Sin embargo, pese a que el panorama fue adverso para todos los distritos, algunos exhibieron una mejor performance, en especial un puñado que mostró buena sintonía con la Casa Rosada.
En concreto, las transferencias discrecionales o no automáticas (ATN), son giros que Nación realiza a las 24 jurisdicciones del país sin que haya una Ley que las regule. Se dividen entre las corrientes y las de bienes de capital.
La polémica sobre este ítem se centra entre quienes lo ven como una herramienta importante para el federalismo, complementaria a la Coparticipación, y aquellos que lo consideran un arma de disciplinamiento que los gobiernos usan para alinear detrás suyo a las administraciones provinciales: el viejo látigo y chequera.
En 2024, algunos distritos que obraron en sintonía con la Casa Rosada en distintas iniciativas fueron recompensados -como Tucumán-, mientras que gestiones opositoras exhibieron los peores guarismos. De acuerdo a un relevamiento del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), las transferencias no automáticas cayeron un 76% real el año pasado. Todas las jurisdicciones, a excepción de CABA, sufrieron una merma de importancia en el índice.
La Ciudad de Buenos Aires fue beneficiada por la medida cautelar 1861/2022 de la Corte Suprema, ordenando restituir el punto de Coparticipación Federal que Alberto Fernández le había quitado en 2020. Por ese motivo, el distrito que comanda Jorge Macri recibió 33,2% más de ATN que en 2023.
Politikón Chaco relevó que las mermas menos profundas tuvieron lugar entre provincias con gestiones aliadas o de oposición light al Gobierno nacional.
Siguiendo la suba en CABA, las jurisdicciones que exhibieron una menor caída fueron Neuquén (-61,7%) , Santa Cruz (-69,3%), Jujuy (-70,2%), Mendoza (-79,2%), Chubut (79,8%), Salta (-82%), Tucumán (-82,5%) y Misiones (-82,7%).
Profundizando en la dimensión política, las dos primeras son administradas por Rolando Figueroa y Claudio Vidal, dos caciques provincialistas, al igual que el misionero Hugo Passalacqua y el salteño Gustavo Sáenz, ambos exaliados de Unión por la Patria (UxP). En el último tramo del 2024, el Presidente exhibió un giro en sus juego de alianzas coyunturales y ponderó a fuerzas con dinámicas locales, relegando a segundo plano al extinto Juntos por el Cambio (JxC), que supo ser su sostén en el Congreso.
No obstante, dentro de la liga amarilla, algunos líderes mostraron mejor dinámica con Nación que otros. Los radicales Alfredo Cornejo (Mendoza) y Carlos Sadir (Jujuy) son dos de ellos; ambos fueron de los menos golpeados por la quita de ATN. También figuran el peronista díscolo Osvaldo Jaldo (Tucumán), quien rompió con UxP para apoyar al Gobierno, y el chubutense Ignacio Torres, del PRO, de pasado chispeante con el oficialismo y actualidad por lo menos armónica.
Con matices, los gobernadores ya ponen la mira en las elecciones legislativas de este año, en las que LLA buscará poner nombres propios a la cabeza de todas las listas. Llegar con las cuentas ordenadas será una de los principales activos tierra adentro.
Los peores del 2024
Por el contrario, La Rioja (-98,1%), La Pampa (-96%) y Formosa (-95,9%) fueron las provincias que más sufrieron el desplome de las transferencias discrecionales. El patrón, en este caso, es que todas ellas son administradas por el ala dura del peronismo. Se trata de Gildo Insfrán, Sergio Ziliotto y Ricardo Quintela, tres de los mandamases que lograron la reelección en 2023 y que, junto con Axel Kicillof, encabezan la oposición más visceral a Javier Milei. Provincia de Buenos Aires, por su parte, ocupó el décimo lugar, con un derrumbe del 84,3%.