Trump evalúa opciones para sacar a Maduro del poder en Venezuela

Los planes van desde operaciones limitadas hasta acciones destinadas a forzar la salida del dictador Nicolás Maduro

La Administración de Trump ha desarrollado una variedad de opciones para una acción militar en Venezuela, incluidas acciones directas contra unidades militares que protegen al dictador Nicolás Maduro y movimientos para tomar el control de los campos petroleros del país, según varios funcionarios estadounidenses.

Trump aún no ha tomado una decisión sobre cómo proceder, o incluso si proceder. Los funcionarios señalaron que Trump se mostraba reacio a aprobar operaciones que pudieran poner en riesgo a tropas estadounidenses o que pudieran convertirse en un fracaso embarazoso. Sin embargo, muchos de sus asesores principales presionan por una de las opciones más agresivas: sacar a Maduro del poder.

Los asesores de Trump han solicitado al Departamento de Justicia orientación adicional que pueda proporcionar una base legal para cualquier acción militar más allá de la campaña actual de ataques a embarcaciones que, según la administración, trafican narcóticos, sin aportar pruebas. Dicha orientación podría incluir una justificación legal para atacar a Maduro sin que sea necesario obtener autorización del Congreso para el uso de la fuerza militar, y mucho menos una declaración de guerra.

La figura de Jefe del Cartel de Los Soles es una figura que el Departamento de Justicia puede argumentar para convertir a Maduro en un objetivo legítimo a pesar de las antiguas prohibiciones legales estadounidenses contra el asesinato de líderes nacionales.

El apoyo a las opciones más agresivas proviene del secretario de Estado, Marco Rubio, quien también funge como asesor de Seguridad Nacional interino, y de Stephen Miller, vicejefe de gabinete de Trump y asesor en materia de seguridad interior. Según varios funcionarios estadounidenses, ambos han dicho en privado que creen que Maduro debería ser obligado a dejar el poder.

Lo más probable es que Trump no se vea obligado a decidir al menos hasta que el Gerald R. Ford, el portaaviones más grande y moderno de Estados Unidos, llegue al Caribe a mediados de este mes. El Ford transporta alrededor de 5.000 marineros y cuenta con más de 75 aeronaves de ataque, vigilancia y apoyo, incluidos cazas F/A-18.

Ha habido un incremento constante de tropas estadounidenses en la región desde finales de agosto. Incluso antes de la llegada del portaaviones, ya se encuentran desplegados alrededor de 10.000 efectivos militares estadounidenses en el Caribe, aproximadamente la mitad a bordo de buques de guerra y la otra mitad en bases en Puerto Rico.

El Pentágono también ha enviado en las últimas semanas bombarderos B-52 y B-1 desde bases en Luisiana y Texas para realizar vuelos cerca de la costa venezolana, en lo que funcionarios militares describen como una demostración de fuerza. Los B-52 pueden transportar decenas de bombas guiadas de precisión, mientras que los B-1 pueden cargar hasta 75.000 libras de municiones guiadas y no guiadas, la mayor carga convencional de cualquier aeronave en el arsenal de la Fuerza Aérea.

Además, el Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales 160 del Ejército —una unidad de élite que llevó a cabo extensas operaciones con helicópteros contra el terrorismo en Afganistán, Irak y Siria— realizó recientemente ejercicios que el Pentágono calificó como maniobras de entrenamiento frente a la costa venezolana.

El despliegue militar ha sido tan rápido y tan público que parece formar parte de una campaña de presión psicológica contra Maduro. De hecho, Trump ha hablado abiertamente de su decisión de emitir una “autorización presidencial” que permite a la CIA llevar a cabo operaciones encubiertas dentro de Venezuela —el tipo de operación sobre la que los presidentes casi nunca hablan por adelantado.

Si Trump finalmente ordena la intervención dentro de Venezuela, supondría un riesgo militar, legal y político considerable. A diferencia de los ataques estadounidenses contra tres instalaciones nucleares en Irán en junio, esta operación implicaría un esfuerzo directo para derrocar o reemplazar al gobierno venezolano.

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