El índice de la Universidad Torcuato Di Tella revirtió las caídas que registró en agosto y septiembre, aunque se mantuvo por debajo del año anterior. Las principales variaciones
En otro mes dominado por la presión de la demanda de dólares sobre el tipo de cambio y la consecuente volatilidad de las tasas de interés en el mercado financiero -pese al inédito respaldo con intervención del Tesoro de EEUU y las repetidas afirmaciones del ministro de Economía, Luis Caputo, que no va a cambiar el régimen de bandas de flotación sin intervención del Banco Central de la República Argentina- el Índice de Confianza del Consumidor aumentó 6,3% respecto de septiembre, tras sendas disminuciones de 13,9% en agosto y 0,3% en el mes previo, según el informe del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella.
El relevamiento, elaborado por Poliarquía Consultores a partir de encuestas realizadas en cuarenta grandes aglomerados urbanos, entre el 1 y el 14 del mes, arrojó que el indicador se ubicó así nuevamente por arriba de los 42 puntos, lo que representa un nivel similar al registrado un año antes, pero todavía muy por debajo de las marcas entre 45 y 47 unidades que alcanzó entre noviembre de 2024 y julio de 2025, cuando la percepción de los consumidores sobre la percepción de la economía personal y general era mejor que en la actualidad.
Resulta notable el cambio de humor en los hogares respecto de un año atrás, a pesar de que entonces la tasa de inflación mensual era más alta que en la actualidad, porque a diferencia de entonces cuando se observaba una clara desaceleración del ritmo de aumento mes a mes y la actividad transitaba por un camino ascendente, ahora lleva más de cuatro meses estabilizada y el PBI se mueve en un subibaja desde abril, cuando alcanzó el máximo del año.
Al analizar los resultados por estrato socioeconómico, el relevamiento de la Universidad Torcuato Di Tella detectó una clara brecha: el indicador aumentó 2,2% en los hogares de menores ingresos y 11,8% en los de ingresos más altos, fenómeno que se correspondería con el diferente efecto de la inflación en torno de 2% en el primer caso y del salto cambiario en el segundo que incentivó la compra de bienes durables que ajustaron sus precios en pesos en menor medida.
El análisis regional exhibe, asimismo, comportamientos heterogéneos: en el interior del país y en el Gran Buenos Aires el indicador creció 7,4% y 7,8%, respectivamente -aunque notables diferencias: alcanzó los 48 puntos en el primer caso y se aproximó a 40 en el segundo-; en la Ciudad de Buenos Aires, por el contrario cayó 0,7% (40,3 puntos).
