Se escandalizan ante la corrupción ajena pero, cuando se trata de los propios cumpas, los bancan hasta el final. Ejemplos sobran, tanto a nivel nacional como en Tucumán
Por SIN CODIGO
El reciente procesamiento del ex intendente de Juan Bautista Alberdi, Luis Campos, de su esposa, la legisladora peronista Sandra Figueroa -en funciones-, y de cuatro personas más por lavado de activos y asociación ilícita, volvió a poner bajo la lupa a la política tucumana y, en especial, al oficialismo provincial.
El fallo del Juez Federal José Manuel Díaz Vélez no deja lugar a dudas: el matrimonio Campos-Figueroa deberá responder ante la Justicia por operaciones financieras sospechosas y maniobras incompatibles con la función pública. Sin embargo, el silencio del peronismo tucumano ante semejante hecho resulta, cuanto menos, ensordecedor.
Mientras en Buenos Aires los referentes justicialistas se rasgan las vestiduras por los 200 mil dólares que el diputado liberal José Luis Espert habría recibido del empresario, “Fred” Machado, con supuestos nexos con el narcotráfico, en Tucumán el peronismo mira hacia otro lado en el caso Campos-Figueroa.
Los mismos que exigen ética y moral en los demás, callan cuando los escándalos salpican a los suyos.
No es la primera vez. En esta provincia, los “cumpas” ya mostraron su vara moral: defendieron a un legislador condenado por abuso sexual, justificaron a funcionarios procesados y ahora bancan en silencio a una legisladora imputada por supuesto lavado de dinero.
La doble moral política está tan instalada que ya parece parte del paisaje institucional tucumano.
¿Será que el silencio cómplice esconde algo más? ¿O simplemente se trata de ese viejo reflejo corporativo que protege a los propios, sin importar la gravedad de las acusaciones? Lo cierto es que, si la legisladora Sandra Figueroa está procesada, corresponde que la Legislatura Provincial actúe en consecuencia: debe excluirla del cuerpo, retirarle los fueros y permitir que se presente ante la Justicia como cualquier ciudadano.
¿Se animarán los compañeros peronistas a dar una muestra real de ética y coherencia? ¿O volverán a mirar para otro lado, como tantas veces, mientras centran sus ataques únicamente en los dirigentes de La Libertad Avanza?
Veremos. Aunque, conociendo a nuestros “honorables” legisladores tucumanos, mejor no hacerse demasiadas ilusiones. Esto es perolandia.