Monóxido de Carbono: los errores más comunes que ponen en peligro la vida en invierno

La tragedia en Villa Devoto, donde murieron cuatro adultos y una niña, vuelve a destacar la importancia de mantener la ventilación en todos los ambientes. Cuáles son los síntomas a tener en cuenta y cuándo el color de la llama indica que hay que estar alerta, según los expertos

En muchas casas, el calor vuelve habitables las habitaciones, pero también puede ocultar una amenaza que no se ve, no se huele y no duele.

El monóxido de carbono circula en silencio: no da señales, no deja rastro, pero se acumula en el aire y reemplaza al oxígeno en la sangre.

Cada año, con la llegada del invierno, los hospitales reciben nuevos casos. No hay explosiones ni fugas ruidosas. Según los expertos, se trata de un gas tóxicoinodoro e incoloro que se produce por la combustión incompleta de materiales carbonados, y cuyas consecuencias pueden ir desde síntomas leves hasta la muerte.

Este gas está presente tanto en calefones, estufas y termotanques defectuosos como en braseros, fogatas en interiores o incluso en gases industriales y gases de escape de vehículos. Su peligro radica en que es imperceptible al sentido humano. Además, posee una afinidad por la hemoglobina 250 veces superior al oxígeno, lo que le permite desplazarlo en la sangre y provocar asfixia celular.

“Se lo conoce como el ‘asesino silencioso’ o ‘gran simulador’. Puede estar dentro de la casa sin que nadie lo advierta, salvo que se instalen detectores de monóxido en lugares estratégicos”, indicó la doctora Stella Maris Cuevas, especialista en otorrinolaringología.

En Argentina, las intoxicaciones por monóxido de carbono suelen aumentar con la llegada de los primeros fríos. Este año en la Argentina, según el último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, ya se han registrado 444 casos confirmados de personas afectadas por la intoxicación con monóxido de carbono, el gas que se libera por la combustión incompleta en un ambiente con poco oxígeno.

Los síntomas pueden variar según la concentración y el tiempo de exposición. Los efectos incluyen: Cefalea, vómitos, dolores muscularesfatigaconvulsiones, hemorragias, insuficiencia renal, infarto, insuficiencia respiratoria, paro respiratoriomuerte. Además, existen cuadros de intoxicación crónica por exposición repetida, que se manifiestan como: Dolor de cabeza crónico, somnolencia diurna, trastornos del habla, del aprendizaje, paranoia psicosis.

Cuevas agregó que en muchos casos, los síntomas se confunden con los de enfermedades gripales. “El riesgo aumenta en personas con anosmia (no sienten olor), porque no logran identificar el cuadro de intoxicación”, explicó. También alertó que los grupos de riesgo incluyen a niñospersonas mayoresembarazadas y pacientes con afecciones cardíacas o pulmonares.

Tratamiento y prevención

“El tratamiento es con oxígeno a la mayor concentración posible y de forma inmediata”, indican los médicos. En algunos casos, puede ser necesaria la internación en cámara hiperbárica. Sin embargo, todos los especialistas coinciden en que la prevención es la mejor herramienta.

“Los artefactos más peligrosos son los de cámara abierta, que toman el oxígeno del ambiente y liberan los gases hacia el interior”, advirtió Cuevas. “Todas las intoxicaciones por monóxido de carbono son evitables si se cumplen medidas básicas de control y ventilación”.

Errores frecuentes que pueden costar la vida

1. Encender artefactos sin revisión previa. “Un artefacto de gas en mal estado puede tener fugas invisibles o generar combustión deficiente. No alcanza con ver que encienda”, alertó a Infobae el especialista en detección y reparación de fugas, Juan Ignacio Argüello. “La revisión anual por un gasista matriculado es indispensable”, sumó.

2. Tapar rejillas de ventilación: “Con el frío, muchas personas bloquean las rejillas para evitar corrientes de aire. Esto es gravísimo, porque esas rejillas permiten la renovación de oxígeno y la salida de gases tóxicos”, sostuvo el experto.

3. Ignorar el color de la llama. La llama debe ser completamente azul. Si es amarilla, naranja o roja, indica combustión incompleta y puede estar generando monóxido.

4. Usar el horno para calefaccionar: “Es una práctica muy riesgosa. Los hornos no están diseñados para calefacción continua. Usarlos de esa manera aumenta las probabilidades de intoxicación”, dijo Argüello.

Recomendaciones para una casa segura

Las claves para evitar intoxicaciones por monóxido de carbono, según los expertos, son:

  • Realizar una revisión anual de todos los artefactos.
  • No tapar rejillas de ventilación.
  • No usar el horno ni hornallas para calefaccionar.
  • Verificar que la llama sea azul.
  • Instalar detectores de monóxido.
  • Dejar siempre 10 a 15 centímetros de ventana abierta, incluso con frío.
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