Son 18 políticos que, hasta ahora, solo levantaron la mano para el incremento de tarifas del transporte
Un informe de la Fundación Libertad confirmó: San Miguel de Tucumán ostenta el Concejo Deliberante más costoso de Argentina, con un presupuesto anual de aproximadamente $668,3 millones por cada uno de sus 18 concejales . El gasto total alcanza más de $12.000 millones por año, representando el 6,2 % del presupuesto municipal.
¿Y en inversión ciudadana? Nada. A más de un año y medio de gestión, no se conocen ordenanzas o proyectos concretos que beneficien al vecino capitalino: calles intransitables, basurales, falta de asfalto y alumbrado público siguen siendo el pan de cada día. Sin embargo, lo único que se destaca en este Concejo es su alta capacidad para aplicar subas tarifarias. Dicen escuchar a los empresarios del transporte público -colectivos y taxis-, y ¿Cuándo van a escuchar la opinión de sus votantes: los ciudadanos capitalinos?
Esta semana: un nuevo golpe a los usuarios
El lunes 23 de junio, estos honorables concejales dieron luz verde a un nuevo aumento de tarifas de taxis ($900 la bajada de bandera y $90 por cada minuto de espera o 100 metros recorrido), justificando que respondían a pedidos de propietarios y choferes. Todo, mientras el servicio sigue siendo “altamente cuestionado”: flotas viejas, vehículos sucios, falta de seguridad y pésima atención. ¿Dónde quedaron las voces de los usuarios, quienes a gritos exigen un servicio digno y moderno?
En lugar de legislar para mejorar las condiciones del transporte, estas “autoridades” optan por autorizan aumentos, empujando a los tucumanos a usar aplicaciones como Uber, Didi u opciones privadas más baratas y eficientes. La medida no solo castiga al usuario vulnerable, sino que también demuestra la absoluta desconexión del Concejo con las demandas reales de la ciudadanía.
Inoperancia y falta de profesionalidad
Este último aumento evidencia una forma de hacer política que ya es costumbre: priorizar los intereses corporativos por sobre los de los vecinos, sin ni siquiera considerar un diagnóstico del sistema taxi ni un plan de mejora. Es un ejemplo claro de inoperancia y falta de profesionalismo legislativo: sin proyectos, sin debates técnicos, solo tarifas.
Legislar requiere escuchar a todos los involucrados, no solo a quienes tienen voz en los negocios del transporte. ¿Dónde están los concejales como voceros del vecino? ¿Dónde la lucha por calles dignas y servicios públicos decentes?
¿Qué debería hacer el Concejo?
1. Realizar auditoría del servicio de taxis: flota, higiene, seguridad y experiencia del usuario.
2. Implementar ordenanzas de modernización: nuevos vehículos, controles, formación y sanciones.
3. Invertir parte del presupuesto en obras concretas: iluminación, asfaltado y limpieza urbana.
4. Abrir canales de participación ciudadana: audiencias públicas, encuestas y mesas de diálogo.
El Concejo Deliberante está fallando en su rol esencial: legislar para la gente. Con un presupuesto desfasado, decisiones impopulares y nula transparencia activa en la mejora de la ciudad, lo único que queda es una oposición creciente desde el vecino. Es hora de que los verdaderos representantes aparezcan. Los tucumanos ya no dan más. Las urnas darán su veredicto en 2027.
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