Quedaron detenidos e imputados por “homicidio agravado”
La Justicia de Jujuy investiga a cuatro gendarmes por el crimen de un estudiante, de 22 años, de La Quiaca. Los familiares de la víctima aseguraron que él tenía encima hojas de coca, pero los agentes pensaron que era droga.
Los oficiales, que realizaban un operativo en la frontera con Bolivia, quedaron detenidos e imputados por “homicidio agravado”, en una causa que lleva adelante el Fiscal Sebastián Jure, titular de la Fiscalía Federal Nº2 de Jujuy, que pidió la prisión preventiva para los acusados.
El fallecido se llamaba Ivo Rodrigo Torres, era un joven kolla y vivía en la localidad de Barrancas, en la comunidad de San Juan de Quillakes, de la Puna jujeña. Sus allegados contaron a la prensa local que él hacía trabajos de albañilería, llevaba a pastar animales y era estudiante de la carrera de Turismo. Para sumar algo más a su sueldo, el chico compraba mercadería en La Quiaca y la vendía en otros pueblos.
Una persecución confusa y un crimen
El 6 de febrero, Ivo salió con su moto para ir hasta la casa de su novia, pero en el camino fue asesinado en medio de un operativo dudoso llevado adelante por un grupo de gendarmes del Escuadrón 21.
Al parecer, los miembros de la fuerza pensaron que ese “bulto” que tenía arriba de la moto en la que circulaba por la zona rural era droga o cargamento ilegal adentro. Pero, luego de que lo mataran, sus familiares encontraron en su mochila turrones y hojas de coca.
En medio de una persecución, al chico le dispararon al menos cinco veces con sus armas reglamentarias 9 mm. Tres balas impactaron en la moto de Ivo, mientras que otros dos tiros le dieron en el cuerpo, matándolo en el acto.
Su hermano confirmó esta información el sábado, después de que le realizaran la autopsia en la morgue de Jujuy. “Le dieron dos disparos, uno de los tiros le atravesó el pulmón y el otro en la pierna.
El viernes, el titular del Ministerio Público de la Acusación de Jujuy ordenó la detención de los cuatro efectivos. Son tres hombres y una mujer: el subalférez Alexander Gunther, el sargento Walter Daniel Álvarez, el cabo primero Marcos Leonardo Wysniewki y la cabo primero Juliana Enciso.
Las armas que fueron secuestradas a los gendarmes serán peritadas para determinar quién o quiénes fueron los autores de los disparos.